Pese a que el ferry entre El Salvador y Costa Rica - un plan de ambos países para evitar los bloqueos terrestres en Nicaragua - no ha logrado concretarse por obstáculos en infraestructura, aduanas y trámites, la empresa autorizada para operar el transporte, Grupo Desacarga, mantiene el proyecto a flote, y prevé hacerlo zarpar a mediados de 2019.

La Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport) informó que el ferry podría iniciar operaciones en junio de este año, de acuerdo con la proyección del único operador autorizado a la fecha. Desacarga corroboró esta información y destacó que, a pesar de los retrasos, mantienen su visión de operar el primer transporte multimodal de la región.

“Esperamos que a medio año pueda ponerse en marcha. La demanda por parte del sector exportador sigue (...). La situación en Nicaragua se agravó y podríamos ahorrar con esta opción”, aseguró a Diario El Mundo Silvia Cuéllar, directora ejecutiva de la gremial exportadora.

A más de un año de la crisis política en Nicaragua, los exportadores salvadoreños y costarricenses han incurrido en gastos mayores para evitar bloqueos, ya sea retrasando sus contenedores o buscando vías alternas a las tradicionales, sobre todo durante los meses más álgidos del conflicto, a mediados de 2018.

El Gobierno salvadoreño propuso entonces retomar el proyecto del ferry -abandonado desde 2015- un buque de alta velocidad que transportaría por el Océano Pacífico a camiones completos, conectando al Puerto de La Unión Centroamericana, en el Golfo de Fonseca, con el Puerto Caldera, en Costa Rica.

Los gobiernos de ambos países aseguraron estar listos para arrancar el ferry desde julio del año pasado. Sin embargo, los obstáculos han sido mayores sobre la marcha, por los requisitos por parte de aduanas, migración y autoridades portuarias, e incluso municipalidades, apuntó Mónica Segnini, gerente general de Grupo Desacarga.

“Hemos tenido que superar todo tipo de aspectos, debido a que somos la primer y única empresa que decidió tomar el reto”, aseguró la ejecutiva de la empresa a Diario El Mundo.

 

Los retos

Para operar este tipo de transporte, Desacarga invirtió inicialmente más de $5 millones, pero también han incurrido en gastos por estudios de factibilidad, de mercado, análisis estructural y un buque que logre adaptarse al muelle del puerto costarricense.

La infraestructura portuaria fue uno de los obstáculos más grandes, debido a que el muelle de Puerto Caldera “tiene características físicas muy particulares que no se vislumbra sean adaptadas en el corto o mediano plazo”, afirmó Segnini, por lo que el barco debía ajustarse a la estructura existente.

Los obstáculos en sistemas también han sido importantes en la parte de aduanas, aseguró, sobre todo del lado costarricense. Las pruebas finales del proyecto, además, se retrasaron porque las autoridades están concentradas en la implementación de la Declaración Única Centroamericana (DUCA), el documento electrónico para el reporte de mercancía que entra en vigor este martes 7 de mayo.