Captura YouTube / Museo de la Palabra y la Imagen


La voz de la salvadoreña Prudencia Ayala surgió cuando las mujeres no poseían derechos ciudadanos, carecían del derecho a votar u optar por cargos públicos.

Para 1929, la encarcelaron por acusar de corrupción al alcalde de Atiquizaya. Fue prisionera durante varias semanas bajo la acusación de participar en la planificación de un golpe de Estado contra el dictador Estrada Cabrera, luego es expulsada a El Salvador.

En los diarios de la época, de acuerdo a información del Museo de la Palabra y la Imagen, Prudencia escribió contra las dictaduras centroamericanas. En 1927 condenó la intervención militar de las tropas estadounidenses en Nicaragua y pidió una indemnización por los daños causados en ese país.

En 1931 el presidente de la época permitió las primeras elecciones libres en la historia del país y Prudencia lanzó su candidatura a pesar que las leyes vigentes se lo impedían.
Me lanzaré como candidata la presidencia de la república, mi plataforma electoral promoverá los derechos de la mujer, el respaldo de los sindicatos, la honradez en la administración pública, la limitación de la distribución y consumo del agua ardiente, el respeto por la libertad de cultos y el reconocimiento de los llamados hijos ilegítimos”. Manifestó Ayala.

“Me lanzó como candidata a la presidencia de El Salvador, orgullosa de ser una humilde india salvadoreña”, añadió.

Ante la decisión, fue excluida por el sistema social y político, por ser mujer, indígena y madre soltera. Por ello, su candidatura nunca fue aceptada.

Ayala fue la directora y redactora del periódico “Redención Femenina”, donde expone sus argumentos en pro de los derechos ciudadanos de la mujer.
Las mujeres según la constitución somos ciudadanas y los mismos que nos menosprecian no han rehusado la contribución de nuestra sangre cuando la patria ha corrido grandes peligros”. Reclamó Prudencia.

La salvadoreña es reconocida por la lucha que emprendió con el fin de que las mujeres fueran escuchadas y se cumplieran los derechos ciudadanos.