El Vía Crucis se realiza los Viernes Santo para recordar el sufrimiento de la crucifixión de Cristo.


Estamos en plena Semana Santa, la época en que los cristianos de todas las denominaciones recuerdan la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, hace más de 2,000 años. Los días claves para esta celebración van de Jueves a Domingo.

He aquí una explicación de qué se conmemora y qué se celebra cada día a partir del Jueves Santo, según los ritos de la Iglesia Católica.

Jueves Santo


La Iglesia católica celebra los Jueves Santo "la Institución de La Eucaristía", el sacramento de la Orden Sacerdotal y la Vida de Servicio a los demás.

Los católicos inician el jueves el llamado "Triduo Pascual". El jueves la Iglesia Católica conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena, pero a la vez con las Palabras mismas de Jesucristo "Hagan esto en conmemoración mía", se festeja el sacerdocio, el servicio religioso. El jueves también se recuerda el lavatorio de pies que hizo Jesucristo a los apóstoles y simboliza a aquellos que dedican su vida a servir de manera humilde y extraordinaria a los demás cumpliendo el último mandamiento de Cristo.

El jueves también es un día de tristeza, dolor e incluso traición. Se celebra la llamada Misa Crismal, que es presidida por el Obispo y concelebrada por sus sacerdotes. En ella se consagra el Santo Crisma y se bendicen los demás óleos, que se usan en la administración de los principales sacramentos. Junto con ello, todos los sacerdotes renuevan las promesas realizadas el día de su ordenación.


Viernes Santo


El Viernes Santo es el segundo día del Triduo Pascual y la iglesia católica conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. En concreto, el Viernes Santo se recuerda la crucifixión de Jesús en el Gólgota. Según la tradición cristiana Jesucristo murió un Viernes a los 33 años y a las 3 de la tarde. Según narran los Evangelios, los sumos sacerdotes -las autoridades religiosas de la época- conspiraban contra Jesús de Nazaret porque este se proclamaba "el Hijo de Dios"; lo consideraban un "alborotador".

Estas autoridades y quienes les apoyaban decidieron llevar a Jesús ante Poncio Pilato, quinto prefecto de la provincia romana de Judea entre los años 26 y 36 d.C. Este en principio no vio culpa en Él para condenarle, pero finalmente se avino a la presión de una multitud que clamaba por su crucifixión.

Según el Evangelio de Mateo, Pilato entonces se lavó las manos con agua a la vista del pueblo, proclamándose "inocente de la sangre de este justo".

Según el relato de los Evangelios, a Jesús le despojaron de sus vestiduras, las cuales se echaron a suertes, le colocaron una corona de espinas en la cabeza, y le golpearon, le escupieron y le escarnecieron. Le hicieron cargar con su propia Cruz hasta un pequeño monte a las afueras de Jerusalén llamado Gólgota, lugar del calvario o de las calaveras, debido a la forma de calavera que tenían las rocas de una de sus laderas.

En el Gólgota o Calvario fue crucificado entre dos ladrones y bajo un cartel que decía "Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos", origen de las siglas y de la expresión INRI.

Según los Evangelios de Mateo y Marcos, antes de morir Cristo exclamó con una "gran" voz: "Elí, Elí, llama sabacthani", que significa "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". Según San Lucas, justo antes de expirar dijo: "Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu". Según San Juan dijo: "Todo está cumplido". Y expiró.

El Viernes Santo recuerda estos hechos del día de la muerte de Jesucristo, que según enseña la Iglesia Católica entregó su cuerpo y derramó su sangre para el perdón de los pecados y para la salvación de los hombres.


Sábado Santo


El Sábado Santo, la Iglesia Católica medita la pasión y muerte del Señor, así como su descenso a los infiernos y su Resurrección. El Sábado Santo se realiza la Vigilia Pascual que concluye con la Liturgia Eucarística y se acompaña a la Santísima Virgen María, que vela en soledad junto a la tumba de su amado Hijo.

Durante la Vigilia Pascual se realizan tres actos importantes que inician con la celebración del fuego en donde el sacerdote bendice el fuego y enciende el cirio pascual. En este acto se entona el Pregón Pascual que es un poema escrito cerca del año 300 que proclama que Jesús es el fuego nuevo.

Se da también la liturgia de la Palabra donde se leen siete lecturas, desde la Creación hasta la Resurrección. En este momento, la lectura del libro del Éxodo es la más importante, porque narra el paso de los israelitas por el Mar Rojo cuando ellos huían de las tropas egipcias y fueron salvados por Dios. De la misma manera recuerda que Dios esta noche nos salva por su Hijo.

El tercer acto es cuando la Iglesia entera renueva sus promesas bautismales renunciando a Satanás a sus seducciones y a sus obras, se bendice la pila bautismal o un recipiente en representación, y se recita la letanía de los Santos que nos une en oración con la Iglesia militante y triunfante.

Domingo de Pascua


El Domingo de Pascua se celebra con una Misa solemne en la cual se enciende el cirio pascual, que simboliza a Cristo resucitado, luz de todas las gentes. En algunos lugares, muy de mañana, se lleva a cabo una procesión que se llama “del encuentro”. En ésta, un grupo de personas llevan la imagen de la Virgen y se encuentran con otro grupo de personas que llevan la imagen de Jesús resucitado, como símbolo de la alegría de ver vivo al Señor.