La crisis económica generada por la pandemia del covid-19 ocasionó que la recaudación de impuestos y contribuciones cerrara 2020 con una caída de $541 millones contra lo que el Ministerio de Hacienda esperaba recibir para financiar el presupuesto de la nación del año pasado, revela un informe publicado ayer en Transparencia Fiscal.


Cuando el Ministerio de Hacienda elabora el presupuesto general de cada año contempla escenarios de cuánto espera recibir en impuestos, contribuciones o deuda para distribuirlos así entre las obligaciones de gasto. Sin embargo, por la parálisis del aparato productivo el fisco comenzó a registrar menores ingresos tributarios que al cierre de 2020 llegaron a niveles similares de 2018.


El informe de Hacienda contiene cuánto recibió en ingresos corrientes y contribuciones, es decir, impuestos y no tributarios (como pago de FEFE o DUI). Estos dejaron al fisco $4,821.3 millones y significaron una reducción de $729.9 millones (-13.1 %) frente al presupuesto o $326.9 (-6.3 %) millones contra lo captado en 2019.



Aún así, cuando la caída no es tan grande respecto a lo que se había proyectado, una brecha de $541 millones no es nada despreciable”, Ricardo Castaneda, Economista del Icefi

Por su lado, los ingresos tributarios y contribuciones permiten dar una radiografía más cercana de la actividad económica y, según Hacienda, al cierre de 2020 representaron $4,616.1 millones. Esta cifra es $541 millones inferior (-10.5 %) a los $5,157.1 millones contemplados en el presupuesto del año pasado.


En tanto, si se compara contra lo recaudado en 2019, por $4,913.7 millones, lo recibido el año pasado revela una reducción de $297.6 millones y es -6.1 %.











Solo en diciembre los ingresos tributarios fueron de $400.4 millones. Es el monto más alto de los últimos siete meses, desde abril.



Menor caída


El Salvador decretó cuarentena domiciliar obligatoria entre marzo y agosto del año pasado para frenar el avance de los contagios del covid-19, en este período el tejido productivo operó de forma parcial y empujó tanto al cierre de empresas como a despido de trabajadores.


El primer escenario del Ministerio de Hacienda advertía una caída en la carga tributaria de $1,000 millones, pero luego la ajustó a $900 millones y mantuvo esta proyección hasta el cierre del año.


Para Ricardo Castaneda, economista sénior del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), que al cierre de 2020 la contracción de los ingresos tributarios sea inferior a las proyecciones significa que la reapertura económica ayudó a acentuar la caída.



IVA, el más golpeado


El Impuesto al Valor Agregado (IVA) -cargo a consumo- reportó la mayor contracción y dejó al fisco $2,063 millones al cierre del 2020. Equivale a una reducción de $252.9 millones (un -10.9 %) contra los $2,315.9 millones que esperaba recibir el Ministerio de Hacienda, o es $152.1 millones menos (-6.9 %) al comparar contra lo captado en 2019 por este tributo.


El otro gran generador de ingresos al Gobierno es el Impuesto sobre la Renta (ISR) que se carga a los ingresos de las personas naturales o empresas. Al cierre de 2020 dejó al fisco salvadoreño $1,907.3 millones, una cifra que conlleva una reducción de $165.1 millones si se compara contra los $2,072.4 millones contemplados en el presupuesto.


La reducción del ISR contra lo recibido en 2019 es menor, Hacienda reporta una reducción de $26.3 millones.


Castaneda enfatizó que los resultados de 2020 confirman que la proyección de recaudación tributaria para 2021 se encuentra sobrestimada y que solo se cumpliría si se aplica un incremento en el porcentaje del IVA.


Hacienda proyecta recibir $2,643.4 millones en IVA en 2021, unos $327.5 millones adicionales al presupuesto votado para 2020. Sin embargo, si se compara contra cómo cerró el año pasado (los mencionados $2,063 millones), significa que este impuesto tendrá que generar ingresos adicionales de hasta $580.4 millones en un período de recuperación económica.


Asimismo, el economista del Icefi destacó que para 2021 se sentirá el impacto en el ISR por la naturaleza del pago de este impuesto con un período fiscal de retraso. “La reducción de ingresos (personas) y la reducción de utilidades de las empresas lo vamos a ver reflejado este año”, agregó.