Una vez más, la Asamblea Legislativa incumplió con un plazo establecido por una sentencia de la Sala de lo Constitucional y esta vez con la elaboración de una ley tan delicada y urgente como la de Reconciliación Nacional. Nada raro.

Con 66 votos de todos los partidos políticos, la Asamblea Legislativa acordó solicitar una prórroga a la Sala de lo Constitucional para aprobar dicha legislación que debe contener componentes de Justicia Transicional y Restaurativa.

La ley es urgente y necesaria. De un lado, las víctimas esperan justicia por los horribles crímenes de guerra que protagonizaron todas las partes en el conflicto armado. De otro lado, a casi 30 años del fin de la guerra, es necesario que el país cierre heridas, mire hacia adelante y aprenda las lecciones de esa tragedia que vivimos como nación.

La Ley de Reconciliación ya no puede seguirse postergando. En estos días que se conmemoran los 30 años de la última ofensiva guerrillera, podemos ver cómo muchas heridas siguen abiertas y la necesidad de justicia y verdad siguen clamándose públicamente.

Los diputados tienen que asumir su responsabilidad y legar al país una legislación que cierre ese capítulo de nuestra historia sin necesidad de revisionismos recurrentes ni impunidad eterna.