Las remesas caerían por la dificultad para encontrar empleo, la disminución salarial o la suspensión del TPS. / DEM


Las remesas familiares que envía la diáspora salvadoreña caerían hasta un 7.6 % por el endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos, indica un estudio elaborado por el Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS) junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El estudio titulado como “El futuro de Centroamérica: Retos para un desarrollo sostenible”, la institución financiera y el tanque de investigación, analizó la dependencia económica de El Salvador, Guatemala y Honduras frente a Estados Unidos, el principal socio comercial, de inversión y el mayor emisor de remesas familiares para la región.

Los envíos económicos de la comunidad salvadoreña en el exterior significan un ingreso importante en la economía salvadoreña y representan más del 20 % del Producto Interno Bruto (PIB). Según datos del Banco Central de Reserva (BCR), el 95.6 % de los hogares receptores destinan las remesas para consumo y compensa los desequilibrios por el aumento del déficit comercial.

En el informe se advierte que por las barreras migratorias impuestas por Estados Unidos, el flujo de remesas se reduciría en el corto plazo en hasta un 7.6 %.

Estas afectaciones se podrían observar para los migrantes en la dificultad para obtener un empleo o recibirían un salario inferior, de igual forma se espera un impacto económico por la eliminación por completo del Estatus de Protección Temporal (TPS).

“Se estima que la caída en las remesas debido al endurecimiento de las políticas de Estados Unidos podría alcanzar el 7.6 % de las remesas por año. Más aun, la eliminación del TPS para los ciudadanos de Honduras y El Salvador implicaría una reducción adicional en las remesas del 6 % en el mediano plazo”, señala el informe.

Si ese 7.6 % se compra con el flujo de remesas recibido en 2018 por El Salvador, cuando impusieron un récord histórico de $5,468.7 millones, la reducción de los envíos equivaldría a unos $415.6 millones. El saldo del año pasado, según explicaciones del Banco Central, responde precisamente a un efecto precautorio por el endurecimiento de las políticas de Estados Unidos para la comunidad migrante.

En lo que va de 2019, las remesas ya muestran un ritmo más lento y hasta mayo pasado sumaron $2,281 millones, unos $84.4 millones adicionales frente al mismo período de 2018. Esto equivale a un crecimiento interanual de 3.8 %, tasa menor al 8.6 % registrado el año pasado o al 10.6 % de 2017.

Además de la reducción de las remesas hacia El Salvador, destaca el informe, se estima que el 7 % de los migrantes que hoy por hoy reside en Estados Unidos podría retornar a sus países de origen, llevando consigo los ahorros acumulados que representan hasta un 3 % del Producto Interno Bruto (PIB) regional.

 

 

Claves de la situación migratoria



Migrantes

En Estados Unidos hay más de tres millones de migrantes del Triángulo Norte, de los cuales un 60 % ya se encuentra en una situación regulada. Un 23 % corresponde a nacidos en El Salvador, un 8 % de Honduras y un 6 % de Guatemala.



Efectos

Mayores dificultades para conseguir empleos o un menor sueldo por el endurecimiento de políticas migratorias de Estados Unidos. Esto reduciría el envío de remesas, uno de los principales indicadores económicos de la región centroamericana.



Retorno

Se estima que un 7 % del total de migrantes que reside en Estados Unidos volvería a sus países de origen. Si estos retornados traen consigo los ahorros, este volumen de dinero representaría hasta un 3 % del PIB regional.