El empresario hotelero goza de medidas alternas a la detención junto a sus familiares. / DEM


A petición de la Fiscalía General de la República, la audiencia preliminar en contra de José Adán Salazar Umaña, mejor conocido como “Chepe Diablo” fue reprogramada por el Juzgado Cuarto de Instrucción de San Salvador.

Salazar Umaña es un empresario señalado por la Fiscalía de dirigir una organización de nueve personas que fue desarticulada el 4 de abril del año 2017, por supuesto lavado de dinero.

La Unidad de Prensa del Centro Judicial Isidro Menéndez informó que el juez Rigoberto Chicas, decidió reprogramarla hasta para el 28 de marzo ante un escrito fiscal argumentando que los peritos han presentado más información que deberá foliarse y que además deberá ser del conocimiento de la defensa de los nueve imputados.

De todos los acusados, solo el exalcalde de Metapán, Juan Umaña Samayoa, guarda prisión, ya que José Adán Salazar Umaña, Sara Paz Martínez Bojórquez, Susana Nohemy Salazar de Cruz y Romelia Guerra Argueta, están con medidas alternas a la detención.

A la audiencia preliminar de ayer, el juez había citado a los prófugos Wilfredo Guerra, José Adán Salazar Martínez, Tránsito Ruth Mira de Guerra y Miriam Haydee Salazar de Umaña, en el caso de instalarse la diligencia y si no hubiesen llegado se les iba a declarar rebeldes y girar nuevas órdenes de captura.

 

El caso

Cuando la Unidad de Investigación Financiera (UIF), judicializó el caso el 7 de abril de 2017, señaló que la estructura presuntamente había blanqueado $215,167,786.42, pero al presentarse el dictamen de acusación, la Fiscalía sin precisar un monto exacto, dijo que con la pericia financiera contable se determinó la cantidad lavada es menos y que rodaría en unos $200 millones.

El supuesto blanqueo de capitales ocurrió, según la Fiscalía, entre los años 2003 al 2015 a través de varias modalidades, una de ellas es la compra de bienes inmuebles a precios por debajo de lo real, ventas múltiples, adquisición de créditos que los contrataban a largo plazo, pero los pagaban en cuestión de meses, en un máximo de un año.