La renovación de la nueva residencia del príncipe Enrique, su esposa Meghan y su hijo Archie costó 2,4 millones de libras (3,05 millones de dólares o 2,7 millones de euros), según las cuentas anuales de la familia real, publicadas este martes.

"Las infraestructuras obsoletas fueron sustituidas para garantizar el futuro a largo plazo de la propiedad", que data del siglo XIX, justificó en rueda de prensa el encargado de la gestión de las cuentas reales, Michael Stevens.

Las labores de renovación, que se prolongaron seis meses, permitieron entre otras cosas reunir en una sola residencia las cinco unidades que constituían el Frogmore Cottage, una casa en el dominio del Castillo de Windsor, unos 40 km al oeste de Londres.

En total, en el año fiscal 2018-2019 la Casa Real británica se gastó 67 millones de libras (85 millones de dólares), de los 82 millones (104 millones de dólares) recibidos del Tesoro británico.

Según Michael Stevens, los 15 millones de libras no gastados se guardarán para futuras obras en el Palacio de Buckingham, cuya renovación comenzó en 2018 y se prevé que dure seis años.

Los beneficios generados por el patrimonio de la Corona, conocidos por "Crown Estate", se ceden al Tesoro británico, en virtud de un acuerdo de 1760. En 2018-2019 representaron 345,5 millones de libras (439 millones de dólares).

En contrapartida, el Tesoro concede una subvención que debe cubrir los gastos anuales de la reina, llamada "Sovereign Grant" y que representan el 15% de los beneficios. Desde 2018, la familia real recibe un 10% complementario para cubrir las obras de renovación del Palacio de Buckingham.

Del total de gastos, 23 millones de libras sirvieron para pagar al personal, y 2,3 millones se dedicaron a recibir a casi 160.000 invitados, con 1,7 millones dedicados a alimentos y bebidas.

La visita de Estado del presidente estadounidense, Donald Trump, a principios de junio, será incluida en el próximo balance anual.