Ya son más de dos décadas sin la princesa Diana, quien falleció cuando su auto se estrelló en el Túnel de l'Alma, en París, Francia, dos testigos del fatal día han levantado la voz asegurando que lo ocurrido el 31 de agosto de 1997 no fue un accidente, como lo han determinado otras investigaciones.

Según contaron Robin y Jack Firestone en una reciente entrevista con el diario británico Express, ellos iban de camino a su hotel a bordo de un taxi cuando pasaron por el túnel, minutos después de la colisión que acabó con las vidas Lady Di, de 36 años, su amante Dodi Fayed, de 42, y su chofer Henri Paul, de 41, y vieron algo que les resultó sospechoso.

Los Firestone le contaron al mencionado medio que en la escena del choque había dos autos oscuros, "mal estacionados" delante del Mercedes S280 de la princesa Diana.

Según indicaron, no fue sino hasta el día siguiente cuando supieron que el auto involucrado en el percance llevaba a bordo a la madre del príncipe Harry y del príncipe William.

La pareja relató que ese momento se acercaron a un agente de policía para informar sobre los autos misteriosos que vieron. Robin dijo que, aunque ellos quisieron hablar de lo que vieron la noche previa, el agente no dudó en decirles que ya tenían suficientes testigos y que no debían preocuparse por el asunto.

"Estábamos estupefactos. Muere una de las mujeres más famosas del mundo y no quieren hablar con testigos", le comentó Firestone al Express, asegurando también que no los llamaron para participar en la primera investigación que ocurrió en Londres, en enero de 2007.

Los Firestone contaron que se reunieron con el equipo legal de Fayed en Nueva York para presentar su testimonio, y aseguraron también que era "claro" que ni la policía francesa ni la inglesa querían escuchar lo que ellos tenían que decir.

Con información de Telemundo