El juez dijo que no había un testigo ocular, pero sí prueba científica. / DEM


El Juzgado Primero de Sentencia de Sonsonate encontró culpable de la muerte del sacerdote José Cecilio Pérez, al sacristán Abraham Heriberto Mestizo Pérez y lo condenó a 25 años de prisión.

El hecho ocurrió en la madrugada el 17 de mayo de 2019, en el cantón La Majada, Juayúa, Sonsonate, cuando el sacerdote fue encontrado con impactos de bala y un manuscrito: “No pagó la renta MS-13”.

La Fiscalía General de la República informó que para comprobar su vinculación en homicidio usaron una prueba fisicoquímica que consistía en analizar los residuos de disparo de arma de fuego, que encontraron en la camisa de Mestizo Pérez.

A su vez, hicieron una prueba grafotécnica al ahora condenado, y estableció que él escribió la nota de “No pagó la renta MS-13”.

“El juez dijo que no hubo un testigo, pero la prueba científica tomó preponderancia”, explicó el fiscal del caso.

El día del hecho, los feligreses dijeron que llegaron a tocarle la puerta a las 5:00 a.m., porque harían una procesión y no salió, decidieron entrar y lo encontraron muerto.

El 10 de junio de ese año, la Policía Nacional Civil capturó el sacristán de la parroquia La Majada en la colonia Las Margaritas de Nahuizalco, Sonsonate.

Ante ese hallazgo se comenzó a especular que podría tratarse de un crimen perpetrado por pandilleros, pero un día después, el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, descartó esa hipótesis.

El sacerdote José Cecilio Pérez Cruz, de 35 años, originario de Nahuizalco, Sonsonate, tenía tres años de ser el párroco de la iglesia de San José La Majada y hace diez años había iniciado su labor religiosa como sacerdote diocesano; en su parroquia es recordado como un religioso muy allegado a su gente y que los acompañaba en todas las actividades.