La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (SCn/CSJ) se creó en la Constitución vigente a partir de 1983 e inició funciones en julio de 1984, entonces, está por cumplir 35 años de funcionamiento.

Cabe acotar que la SCn/CSJ es, por peculiares circunstancias jurídicas, políticas e históricas, una creación netamente salvadoreña e, incluso, con matices, la SCn/CSJ fue la primera experiencia en Latinoamérica para crear un tribunal, integrado y formando parte de la Corte Suprema de Justicia, que fuere el último decisor en materia constitucional.

Ahora bien, 35 años es un lapso muy breve para valorar, de modo objetivo, el rol de la SCn/CSJ en la evolución jurídica, social, política y económica del país, pero tal espacio de tiempo es –al fin y al cabo- el período que ha operado dicho tribunal y es útil, de cuando en cuando, procurar una visión sinóptica del funcionamiento de una institución.

Así, en una visión general, podemos decir que, si bien es cierto que la valoración cambia radicalmente según la perspectiva personal de quien opina –ya sea académica, ya sea política, ya sea social, ya sea jurídica-, quizá no es desacertado sostener que la SCn/CSJ, en sus 35 años de funcionamiento, es una institución pública que, en sus distintas integraciones personales (al menos 10, hasta la fecha), ha presentado luces y sombras.

Y es que cuando se procura dejar a un lado las simpatías personales o las coincidencias ideológicas, una perspectiva histórica (así sea tan breve como menos de cuatro décadas) nos permite apreciar que, en efecto, la SCn/CSJ ha generado, con sus sentencias, importantes incidencias jurídicas y políticas, incluso desde su inicio de funciones en 1984, como disponer que en el derecho administrativo se aplican, respecto de sanciones, los principios básicos del derecho penal y procesal penal (punto de inicio, hace 25 años, para la reforma de la administración pública, que todavía continúa en proceso); o señalar que en los procesos penales, las restricciones a la libertad personal deben estar debidamente motivadas (hasta antes de 1995, la detención provisional se disponía por los jueces en un par de frases, vacías de contenido, en un espacio menor a un quinto de página); o precisar una serie de reglas para el funcionamiento de los controles inter-órganos, esto es, delimitar el ejercicio de los poderes estatales, cuidar que se conserve el equilibrio de pesos y contrapesos que una democracia implica (entre muchas decisiones, la prohibición del veto parcial, la proscripción de comisiones legislativas destinadas a interferir en la potestad jurisdiccional, la independencia de las agencias regulatorias, la prohibición de dos elecciones de funcionarios por una misma legislatura, etc.)

Ahora bien, una perspectiva histórica también deja en evidencia las rémoras y las carencias de la SCn/CSJ, tanto formales como materiales, como, entre varias, la exasperante lentitud de su funcionamiento (tarda años, quinquenios y hasta más, en resolver algunos casos), su impresionante apego a ritualismos y al uso de lenguaje esotérico, su constante incapacidad para ejecutar sus decisiones, su sorprendente cerrazón a la necesidad de contar con apoyo especializado diferente del jurídico (los yerros conceptuales de naturaleza contable, económica, financiera y técnica en que ha incurrido varias veces la SCn/CSJ, son de antología), su negativa a generalizar la celebración de audiencias públicas (la SCn/CSJ es de los pocos tribunales en el mundo que no lo hace) y, por supuesto, decisiones deplorables (hace 30 años, la SCn/CSJ validó una pena menor para la violación de prostituta…aberración que afortunadamente desapareció con el vigente Código Penal) o, incluso, la ausencia de empatía con básicas exigencias sociales (como potenciar la igualdad entre géneros).

Por eso, ahora que la SCn/CSJ cuenta, en su mayoría, con una nueva integración personal es esencial el diálogo -objetivo, fundado y crítico- sobre el papel que ha jugado y que le corresponde ejercer a la SCn/CSJ en la conservación y desarrollo de la democracia.

El Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional-Sección El Salvador desea aportar y colaborar a ese diálogo y, por ello, para el 12 de junio de 2019 ha organizado un evento para que, con participación de los protagonistas (magistrados y exmagistrados), se conversará sobre el rol y los retos de la SCn/CSJ.