Al ver a un energúmeno que estaciona su vehículo frente a la Asamblea Legislativa y empieza a despotricar, insultando a los diputados. Al darse cuenta que hay un aumento de casos de violencia intrafamiliar en el marco de la cuarentena. No es posible quedarse paralizado, incapaz de llamar la atención, sobre la necesidad de atender la salud mental de los salvadoreños como parte de las medidas sanitarias integrales que son necesarias para enfrentar la pandemia.

La campaña de saturación existente en los medios para prevenir el COVID-19 es buena, repite insistentemente: Quédate en casa lo máximo posible, si sales mantén el distanciamiento social, lávate las manos con frecuencia, usa mascarilla. Todo esto sería mejor, si en los periódicos, la televisión, la radio, y las redes sociales existiera una campaña de salud mental, que se hiciese con la misma intensidad con la que se impulsa la campaña para no perder la salud física.

No se necesita ser un especialista en salud pública o un epidemiólogo, para darse cuenta que estar sano no es solo evitar el contagio del Coronavirus. La salud no es unicamente la ausencia de enfermedad, es un estado de bienestar físico, mental y social. La definición es muy completa, pero si somos rigurosos, en la aplicación del concepto en medio de la emergencia, casi nadie está sano.

Después de dos meses, el encierro, ha causado estragos en el bienestar emocional y mental de las personas en todo el país. Los sentimientos de ansiedad, impotencia y temor están aumentando a medida que las personas se enfrentan a un futuro incierto, casi todos hemos sido afectados por algún tipo de pérdida ya sea el fallecimiento de un familiar o amigo, la pérdida del empleo o el cierre de la empresa.

El coronavirus ha sumido al mundo en la incertidumbre y las constantes noticias sobre la pandemia, especialmente la contabilidad de los muertos, al comenzar los noticieros de la televisión no transmiten calma, ni confianza generan más ansiedad.

Los ciudadanos pierden su salud mental. cuando les resulta extremadamente difícil administrar adecuadamente el estrés generado por la emergencia, se irritan con facilidad, tienen trastornos del sueño o la tristeza es su estado de ánimo.

Los Docentes deben educar para enfrentar la pandemia. Hoy que la Escuela es la Casa, el tema socioemocional tiene que estar presente. El sistema educativo debe ponerse en función de brindar competencias a los alumnos, para adquirir control emocional, tener calma, y fomentar valores como el respeto, la empatía, debe a contribuir a que los alumnos reconozcan sus fortalezas.

La Solidaridad como competencia actitudinal es clave: Este es el mejor momento para apoyar a otros que necesitan ayuda, compartir lo que tenemos para que puedan tener algún alivio en su vida, donar sangre, repartir alimentos, proteger a los menores, quedarnos en casa para proteger a otros. Cultivar la esperanza y conseguir que vean la emergencia como una oportunidad, impulsar la certidumbre que puede haber algo mejor después de todo esto

Es momento de practicar e “dan sha ri” japonés, que lleva a rechazar las cosas innecesarias, deshacerse de las cosas inútiles que poseemos y quedarnos sólo con aquello esencial que requerimos, educar para tomar riesgos, innovar. Desbloquear los pensamientos negativos y ocuparse en cosas productivas

Hoy más que nunca es importante cuidar las relaciones interpersonales, aunque de manera diferente, de forma virtual: llamar a las personas que estimamos, organizar videoconferencias con familiares y amigos, ayudarse entre vecinos. Es el momento de usar más eficientemente la tecnología

La Salud Mental es el fundamento del bienestar individual y colectivo. El Salvador tiene una Ley de Salud Mental. Ahora es el momento de aplicarla. Le toca al Ministerio de Educación la responsabilidad de la elaboración de los programas y protocolos de salud mental para la población estudiantil.

Esta semana hay Pausa Pedagógica es la oportunidad para definir estrategias de cuidado de la salud mental de la niños y jóvenes, aumentando las capacidades de resiliencia de docentes, estudiantes y padres de familia , para que logren un desarrollo emocional equilibrado. Los Programas de Salud Mental se deben desarrollar en todos los niveles educativos. No hay tiempo que perder para trabajar en la planificación e implementación de acciones de prevención, tratamiento y restablecimiento de la salud mental. Es indispensable desarrollar programas de capacitación para docentes, padres de familia que son los actores fundamentales junto a los líderes comunitarios.