Más de 98,690 salvadoreños han sido detenidos en la frontera de EE. UU. este 2021. / DEM


Los salvadoreños gastan, en promedio, $450 millones cada año para migrar, señala un estudio sobre cómo la pobreza, los choques climáticos y la violencia empujan a miles de centroamericanos a abandonar sus hogares en búsqueda de mejores oportunidades en Estados Unidos.

El estudio fue elaborado por el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés), en conjunto con el Instituto de Política Migratoria (MPI) y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización de los Estados Americanos (OEA).

En esta investigación se calculó que los migrantes del Triángulo Norte centroamericano -El Salvador, Guatemala y Honduras- destinan cada año hasta $2,200 millones para llegar a Estados Unidos, de esa suma $240 millones (el 11 %) es por migración regular (con documentos) y $2,000 millones en pago a un traficante (unos $1,700 millones) o por cuenta propia en caravana ($230 millones).

El estudio señala que el costo promedio para contratar un traficante es de $7,500 por persona, mientras que por los canales legales es de $4,500.

Solo los salvadoreños que migran, según esta investigación, destinan $420 millones cada año (el 20 % del total regional) de los cuales $350 millones son en pago a un traficante. Las estimaciones señalan que esto representó el 1.4 % del Producto Interno Bruto (PIB, producción de bienes y servicios) calculado para 2020.

Por su lado, los migrantes guatemaltecos destinan $1,200 millones (56 %) y los de Honduras gastan $520 millones (23 %). Esto representa el 1.4 % del PIB para Guatemala y 1.1 % para Honduras.

 

Calidad de vida.


Para esta investigación se entrevistó a cerca de 5,000 hogares de los países del Triángulo Norte centroamericano entre abril y mayo de 2021 en 12 departamentos con mayor flujo de migración de las tres naciones, incluyendo a Ahuachapán, Cabañas, San Salvador y Usulután.

Los datos recopilados en las encuestas revelan que el 13 % de los salvadoreños consultados considera que su nivel de vida ha mejorado contra un 26 % que dijo que ha empeorado en los primeros meses de 2021, mientras que el 60 % cree que sigue igual.

En el estudio se señala que el 15 % de los salvadoreños cree que las condiciones económicas en su área de residencia han mejorado. El 55 % respondió que siguen igual, un 28 % que están empeorando y un 2 % no quiso opinar.
Estamos viendo un éxodo desde Centroamérica porque el hambre y la desesperación obligan a muchos a migrar en busca de una vida mejor. Las familias están siendo separadas y las comunidades están siendo destruidas debido a que la pobreza, el cambio climático y ahora la covid-19”.
David Beasley
Director ejecutivo del WFP

De los tres países centroamericanos, los hogares salvadoreños reportan un mayor gasto mensual promedio per cápita de $90, mientras que en Guatemala es de $70 y en Honduras de $80.

“A pesar de que los encuestados hondureños son los más propensos a describir su nivel de vida y condiciones económicas cómo empeoran, los encuestados en El Salvador tenían un nivel más bajo de satisfacción con los ingresos”, dice el informe.

El 11 % de los encuestados en El Salvador dice que puede vivir “cómodo” con sus ingresos actuales y un 44 % afirma que sobrevive, pero el 29 % señaló que tiene dificultades y un 15 % que se encuentra en una situación crítica.

 

Migración, un reflejo de la crisis


Los salvadoreños migran por mejorar las condiciones económicas, reunificación familiar o huyendo de la violencia.

 

  1. Contratación de traficantes: el 55 % de los migrantes irregulares contrata a un traficante a un costo promedio de $7,500 por persona, mientras que migrar por canales legales tiene un valor de $4,500. El 89 % viaja a Estados Unidos.

  2. Inseguridad alimentaria: el informe alerta que las personas que padecen inseguridad alimentaria tienen tres veces más probabilidad de hacer planes para migrar. Según el WFP, la población en esta condición se triplicó por la pandemia.

  3. Conflictos y catástrofes: además de las condiciones económicas, los flujos migratorios se ven afectados por la violencia y la inseguridad, así como los choques climáticos que sufren los países como las sequías y tormentas.

  4. Más interés en migrar: el estudio señala que hay un incremento de más de cinco veces en el interés por migrar en los últimos dos años en el 43 % de los encuestados frente al 8 % de 2019. Solo el 3 % hizo planes para migrar.