El alcalde de San Francisco, Ed Lee, anunció ayer que esa ciudad californiana presentó una demanda contra el presidente estadounidense, Donald Trump, por su decisión de retirar los fondos federales a las “ciudades santuarios”, que protegían de la deportación a los indocumentados.

La demanda, la primera respuesta judicial a la medida firmada por Trump, explica que la orden ejecutiva viola la Décima Enmienda de la Constitución de EE.UU., donde se asegura que los poderes no concedidos al Gobierno federal deben recaer sobre los propios estados.

“Con su descarada falta de respeto hacia la ley, el presidente de EE.UU. busca coaccionar a las autoridades locales y que así abandonen sus leyes y políticas referidas a las llamadas ‘ciudades santuario”, reza el texto, presentado en la corte federal de la ciudad.

La semana pasada, Trump firmó una orden ejecutiva por la que se suprimirán los fondos federales a las ciudades, unas 300, que se nieguen a proporcionar a las autoridades federales información sobre el estatus migratorio de las personas que detienen, entre las que se incluyen San Francisco, Los Ángeles, Chicago y Nueva York, entre otras.

 

Trump y Europa

Por su parte, el Parlamento británico debatirá el próximo 20 de febrero si debe llevarse a cabo la visita de Estado al Reino Unido de Donald Trump, después de que más de 1,7 millones de personas se hayan opuesto por internet.

La primera ministra británica, Theresa May, invitó a Trump a realizar dicha visita tras reunirse ambos en Washington el pasado viernes, una decisión que ha desatado muchas críticas en este país.

La visita de Trump al Reino Unido, en fecha aún por concretar, suscitó la tormenta política al punto que la oposición ha pedido que se posponga tras el veto migratorio impuesto en EE.UU. a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana y también por los comentarios del presidente norteamericano sobre tortura y las mujeres.

Además, diputados de todos los partidos han pedido a los líderes de las dos cámaras parlamentarias, Comunes y Lores, que impidan que Trump se dirija al Parlamento en su conjunto desde el histórico Westminster Hall durante esa eventual visita.

Por otro lado, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, calificó de “preocupantes” las declaraciones de la nueva Administración estadounidense y consideró que, sumado a otros factores, contribuye a hacer el futuro “altamente impredecible”.

Tusk advirtió además a los líderes de los 27 países de la Unión Europea, mediante una carta, que el cambio en Washington, sumado a otros riesgos, como el impasse con Rusia, “pone a la UE en una situación difícil”.

La nueva Administración, añadió Tusk, “parece poner en cuestión los últimos 70 años de la política de Exteriores norteamericana”.

El presidente del Consejo incluye en la misiva una serie de “reflexiones” para preparar una reunión de los líderes y advierte de que “los retos que afronta ahora la UE son más peligrosos que nunca antes desde la firma del Tratado de Roma”, hace 60 años.

 

Naciones Unidas contra el veto

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, afirmó ayer que ningún país puede manejar sus fronteras teniendo en cuenta “cualquier forma de discriminación por religión, etnia o nacionalidad”, en referencia al veto temporal de Washington a refugiados e inmigrantes, en su mayoría, de países musulmanes.Guterres sostiene que cualquier discriminación en medidas migratorias puede “facilitar la propaganda de las organizaciones terroristas” que se quieren combatir.