La capital salvadoreña va cambiando poco a poco y su imagen hace que la ciudadanía tenga un mejor concepto. Cuando el alcalde Norman Quijano inició la idea de convertir a San Salvador en una capital ordenada, fue impresionante ver como muchas aceras quedaron libres. Fue el primer intento de tener a una ciudad capital ordenada, limpia y con parques y monumentos dignos de visitar. El desorden e inseguridad eran razones por las cuales muchas personas se quedasen mejor en sus hogares.

Cuando Nayib Bukele fue alcalde de San Salvador, logró hacer otro empuje para remozar la imagen de la capital. Recordemos que en países del primer mundo, los cascos antiguos son la principal atracción para los turistas. Bukele cambió la imagen de la capital y dio ejemplo para otras alcaldías.

La población empezó a quitarse el miedo de visitar el Centro Histórico, el cual es nuestro “casco antiguo”. El arquitecto Javier Cristiani dejó un legado en la capital, en la administración de Norman Quijano. El actual alcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt, continúa remodelando parques y lugares históricos; además, ha estado pendiente que la remodelación del parque Cuscatlán esté lista antes de las fiestas agostinas. Una obra que dejó pendiente Bukele en su gestión como edil. Lo importante es que haya una ciudad más limpia, con basureros en lugares estratégicos y lugares seguros para visitarlos.

Sin duda alguna, el parque Cuscatlán será un lugar para que las familias puedan pasar bonitos momentos y se culturicen, ya que será un parque diferente de los demás. A un lado está el museo para niños Tin Marín, será bonito ver a un museo y parque anclados en un lugar estratégico para visitarlos.

Poco apoco, y con la ayuda del Gobierno central, empresa privada, universidades y otros sectores, San Salvador tiene otra imagen. La delincuencia, es quizá, el problema más grave que cuenta el Gran San Salvador y en especial el centro de nuestra capital. Lo positivo es la proliferación de negocios, en especial la apertura de muchos restaurantes en el Centro Histórico. El arte prolifera más, y según datos, a diario son 20,000 personas que circulan en el centro. Eso se triplica los fines de semana.

Hace poco se inauguraron las visitas gratuitas al Palacio Nacional, eso es un aliciente para que personas de escasos recursos conozcan lugares históricos; sin embargo, según algunos turistas, no es bien visto que en la iglesia El Rosario cobren la entrada. No sería bueno que también inventasen cobrar la entrada a la cripta de Monseñor Romero.

Tener a una capital limpia y ordenada, es tarea de todos. Las universidades, por ejemplo, mandan a sus estudiantes a realizar horas sociales y puedan servir como guías turísticos; además, en restaurar obras arquitectónicas, entre otras actividades. San Salvador es único, tiene miradores como el volcán de San Salvador, Los Planes de Renderos y centros comerciales. Otro aspecto importante, se deben cuidar los edificios que tienen el emblema de Patrimonio Cultural y en el Centro Histórico hay lugares que aún no se ha logrado rescatar.

Para tener parques limpios es necesario incorporar agentes del CAM para que vigilen, no es bien visto que haya prostitutas, malhechores y que se irrespete la ordenanza municipal. Aún se ven a personas haciendo sus necesidades fisiológicas en la calle. No es fácil ordenar a una capital, cuando no se tiene planificación urbana.

San Salvador merece ser una ciudad modelo, es momento que todos seamos ciudadanos respetuosos con nuestros patrimonios, que no los ensuciemos y deterioremos. Es interesante visitar el centro capitalino y admirar el Palacio Nacional, el Teatro Nacional, la Catedral, visitar el portal La Dalia y tantos lugares. Es momento de cambiar de paradigma y visitar lo nuestro. Una cuidad ordenada aumenta el turismo y por ende la imagen de un país. Cada ciudad tiene historia, bellezas arquitectónicas, cultura, arte y gente maravillosa.