Fotografía tomada de Casa Presidencial


 

Salvador Sánchez Céren, dijo hoy que espera una pronta beatificación del sacerdote Rutilio Grande, asesinado por el Ejército a las puertas de la guerra civil (1980-1992) y quien fue amigo del beato monseñor Óscar Arnulfo Romero.

"El padre Rutilio Grande es un mártir de la iglesia salvadoreña" y "esperamos que pronto sea beatificado" por el Vaticano, dijo el mandatario durante su programa de radio y televisión Gobernando con la Gente, en la localidad de El Paisnal (norte), donde nació y fue asesinado el cura.

Señaló que su administración "acompaña todos los esfuerzos que se están haciendo para beatificar al padre Rutilio Grande" porque "su muerte golpeó a muchos" en los años previos a la guerra civil (1980-1992).

Grande "inspiró a monseñor Romero, que desde su muerte abanderó la lucha por los pobres, por los humildes" y "sus figuras están unidas", acotó. El sacerdote nació el 5 de julio de 1928 en El Paisnal, fue asesinado en 1977 por los escuadrones de la muerte del Ejército salvadoreño y su causa de beatificación está abierta.

El papa Francisco aseguró en octubre del 2015 que Grande y Romero, beatificado el 23 de mayo de ese año, "son un tesoro y una fundada esperanza para la Iglesia y para la sociedad salvadoreña" y cómo "el impacto de su entrega se percibe todavía en nuestros días".

Los jerarcas católicos de El Salvador esperan que unos 500 religiosos, entre curas, monjes y laicos, asesinados antes y durante la guerra sean declarados mártires y beatificados.

Entre las víctimas religiosas destacan los seis padres jesuitas de la Universidad Centroamericana (UCA), cinco de ellos españoles; tres monjas estadounidenses de la orden Maryknoll; el sacerdote italiano Cosme Spessotto y varios catequistas de las Comunidades Eclesiásticas de Base.