Es célebre el cuento aquel de un político que llegó a un pueblo y prometió construirles un puente en el río. Entonces los asistentes al acto político replicaron: “pero si aquí no tenemos río…”. Entonces el político lleno de emoción y verborrea extraordinarias respondió: “pues les vamos a construir el río también”.

Las campañas políticas a veces son así de absurdas. Muchos candidatos ofrecen el puente donde no hay río y hasta el río para no quedar mal con sus ofertas. En El Salvador hemos oído cosas como esas y lo peor es que muchos de esos candidatos han resultado electos. Parte del problema es que muchos de esos candidatos ofrecen cosas para los que no están ni facultados.

Los candidatos a diputados de la Asamblea Legislativa a veces ofrecen cosas que corresponden al Ejecutivo. Los candidatos al Parlamento Centroamericano ni siquiera han leído el Tratado Constitutivo del Parlacen y ofrecen unas cosas que son imposibles. Y ni qué decir de candidatos a alcaldes. Ofrecen el oro y el moro en comunas que no tienen ni para pagar a sus propios empleados.

Como ciudadanos solo nos queda ponernos vivos e identificar quién ofrece cosas realistas y quién quiere aprovecharse de nuestra ingenuidad para obtener el voto. No caiga tan fácilmente.