Los habitantes de Santa Lucía dicen que aún hay deslizamientos que generan vibraciones en sus viviendas. / Diego García


Los habitantes de la residencial Santa Lucía, en Ilopango, aún se mantienen en zozobra, debido a los desprendimientos de tierra que se siguen registrando en la cárcava de grandes dimensiones, a pesar de las obras de contención ejecutadas por el Ministerio de Obras Públicas (MOP).

El Ministerio de Gobernación, a través de la Dirección General de Protección Civil, estableció en octubre pasado un perímetro de emergencia, comprendido por las zonas verde, naranja y roja.

Habitantes que se encuentran en las tres áreas aseguraron a Diario El Mundo que aún escuchan “retumbos por las caídas de tierra”, que en ocasiones generan vibraciones en techos, ventanas y puertas.

“Mire, solo anoche (viernes pasado) no hemos podido dormir porque se escuchaban los retumbos, aunque estén trabajando en la cárcava aún hay desprendimientos y uno pasa con angustia”, dijo una de las habitantes que no quiso identificarse.

Aseguró que su casa está ubicada en la zona naranja y que no puede abandonarla porque no tiene dónde.

“Tengo una amiga que está en la (escuela) Kennedy, pero dice que les toca ver cómo hacen, porque no es que el Gobierno les esté dando todo”, mencionó.

Otra de las habitantes, Verónica López, afirmó que su casa no está cerca de la cárcava, pero que igual escucha “los retumbos” y luego siente “como cuando tiembla y queda la vibración”.

Tres pasajes más abajo y en otro bloque, se encuentra la vivienda de Ana Cardona, quien señaló que por su proximidad con la cárcava está ubicada en la zona roja; sin embargo, dijo que no podía irse porque no tenía dónde.

“Los primeros días nos fuimos donde los papás de él (su esposo), pero ahí no cabemos, no caben las cosas y pues los primeros días lo pueden recibir a uno, pero después ya no”, explicó.

Aseguró que no alquilan otra casa porque el alquiler es muy alto y explicó que la ayuda del Fondo Social para la Vivienda (FSV) consiste en la entrega de $300, que al final se sumarán al préstamo que ya tienen con la institución.

“Lo que digo es que si nos van a ayudar que sea reparando la cárcava mejor, si al final uno tiene que devolver ese dinero, es como un crédito”, insistió.

Manifestó que las autoridades han perdido credibilidad para algunos habitantes de la residencial, pues no les han presentado planos ni detallado sobre las obras que se ejecutarán para solventar el problema.

En otro bloque, más arriba de la vivienda de Cardona, se encuentra el hogar de Glenda de Domínguez, habitante que mantuvo la misma posición de sus vecinos: que le respondan a través de la obra, no con dinero, y agregó que las autoridades han actuado con mucha paciencia en la solución de la cárcava.