La caza furtiva de riconerontes en Sudáfrica bajó en una cuarta parte en los primeros meses del año, anunció el viernes el ministerio del Medio Ambiente, que contabilizó 508 muertes de esos paquidermos para extraerles sus cuernos.

"Entre el 1 de enero y el 31 de agosto de 2018, 508 rinocerontes fueron cazados furtivamente, frente a 691 en el mismo periodo de 2017", según el ministerio, que se congratuló por esta "baja espectacular".

Solamente en el parque Kruger (noreste), muy visitado por los turistas, 292 rinocerontes murieron, frente a 332 en el mismo periodo del año anterior.

La provincia de KwaZulu-Natal (noreste), también muy afectada por la caza furtiva, registró una baja del número de paquidermos muertos (de 163 a 83).

La policía sudafricana anunció el viernes que decomisó veinte cuernos de rinocerontes, con un valor calculado en 448.000 euros, y detuvo dos sospechosos en la provincia de Mpumalanga (noreste).

Esta semana también detuvo a otras siete personas, presentadas como altos responsables del tráfico de rinocerontes.

Entre ellas figuran varios ex policías que son procesados por compra y venta ilegal de cuernos de rinoceronte, corrupción, blanqueo de dinero y robo.

El cuerno de rinoceronte, compuesto de keratina, la misma materia que las uñas humanas, es codiciado en Asia, donde la medicina asiática le atribuye virtudes curativas.

La demanda aumentó en los últimos años y alimenta el tráfico desde Africa, donde el comercio de cuernos es ilegal.

En el mercado negro, el kilo de cuerno se vende hasta en 55.000 euros.

El número de rinocerontes muertos en Sudáfrica, que tiene la mayor población africana de estos paquidermos, pasó de 13 en 2007 a más de 1.000 por año en el último lustro.