Está claro que por el momento no hay una agenda en la Asamblea Legislativa que propicie el análisis, la discusión y aprobación de la ley contra el nepotismo, ya que algunos diputados se han pronunciado aduciendo que necesitan más tiempo, y la verdad que este viejo cuando, lo aplican cuando hay acuerdos políticos, en la que buscan medidas disuasivas, sobre una ley que les desfavorece como partidos políticos, con la intención de que la población olvide el tema, para luego engavetarlo y que duerma el sueño de los justos.

Pero a decir verdad y con temor a equivocarme podría deducir que habrá pocos funcionarios públicos, rectos que no tienen a ningún pariente trabajando con el Estado, ni tampoco han intervenido para la contratación de alguno. No obstante, la Asamblea Legislativa, en el pasado, ha sido el escenario donde han ocurrido madrugones para aprobar leyes y pasar por encima de los protocolos de discusión y análisis, en este caso tratándose del bien común, bien podrían hacer un esfuerzo los diputados y ponerle atención al cáncer del nepotismo, que ha permeado a todas las estructuras del Estado.

Es propicio destacar que el cáncer del nepotismo, no solo se ha dado históricamente en el ejecutivo, aunque ahí ha sido una piñata bien exquisita, en la que se han contratado a personas iletradas en puesto estratégicos, que sin tener algún conocimiento del cargo, ha retrasado el desarrollo de la institución, personas que no llegaron por méritos, sino por el parentesco, y aclaro no tengo nada en contra de las personas iletradas, creo que existen personas con baja formación académica, pero tienen mejores actitudes y capacidades intelectivas que un académico, ya que la vida no es cuestión exclusiva de la academia, sino de una buena actitud.

Del mismo modo, en el Órgano Legislativo y el Judicial, están impregnados de múltiples contrataciones, vinculadas al amiguismo y el parentesco, para muestra un botón, en los juzgados de todo el territorio, hay algunos jueces que contratan en su centro de trabajo al pariente o al amigo de otro juez, con la condición que éste haga lo mismo en el juzgado donde está destacado, así sucesivamente soslayan la ley y los procesos de contratación, en detrimento de miles de estudiantes de derecho o abogados autorizados, que tienen años esperando una oportunidad, pero porque no tienen ningún padrino, se les imposibilita acceder a un empleo digno.

Pero el escenario se vuelve mucho más gravoso, cuando desde hace varios años el estudiante o el abogado, están meritoreando, es decir, están dando su fuerza de trabajo en un juzgado sin percibir ningún salario, pero por su cuenta corren los alimentos, los pasajes, y todas las necesidades que surjan, con la única esperanza de ser contratados, ya que han construido con su tiempo y dedicación los méritos suficientes para optar a la plaza, pero contrario a ello, cuando surge una nueva plaza, se la otorgan al pariente del juez o el funcionario judicial, que no tiene ninguna experiencia, ni la capacidad para escribir con ideas propias una resolución, lo cual se convierte en una injusticia, contra las personas que llevan años esperando una oportunidad.

Por ello se vuelve imperante impulsar la reforma a la ley de la función pública, o crear una nueva ley de la profesionalización de la función pública, con el fin de depurar al Estado de malos elementos y premiar las capacidades, los méritos y la formación académica, por encima del amiguismo y el parentesco. En consecuencia, hay que superar las barreras de las ideologías, y cuando haya un cambio de gobierno, se deberá evaluar si se dejan o no algunos funcionarios en su puesto, debido a lo destacado de la gestión que haya realizado.

No sé si los diputados tendrán el valor de apoyar un proyecto de esta naturaleza, dado que se tendrá que depurar al Estado, es decir, eliminar toda la grasa que genera gasto corriente. Pero en términos de eficiencia, el aparato gubernamental se vuelve más burocrático y lento en los procesos cuando hay más personal, de modo que el gobierno entrante, tiene que evaluar la posibilidad de hacer una reingeniería y sustituir todos los puestos de confianza, que han estado ocupados por décadas por amigos y parientes y asignar a personas que tengan claridad de la mejora continua, con espíritu de servicio hacia la población y poner en cintura a una gran cantidad de burócratas que solo llegan a pasar el tiempo y atender mal al público.

¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará. No estará delante de los de baja condición. (Proverbios 22:29).