El sector de restaurantes tenía previsto abrir operaciones al público en la segunda fase de reapertura, pero, debido al retraso del plan, aún no tiene fecha para su retorno. / DEM


A días de iniciar el período de vacaciones de agosto por las festividades religiosas de la capital salvadoreña, el sector de restaurantes se muestra poco optimista de crecer durante el feriado y reclama falta de certidumbre para avanzar en el proceso de reactivación económica.

El sector de restaurantes es uno de los pocos de la industria turística que mantuvo operaciones en su modalidad a domicilio durante la cuarentena domiciliar de marzo a junio pasado por el covid-19 y se anexó el servicio para llevar con el inicio de la primera fase del proceso de reapertura económica, a partir del 16 de junio pasado.

Se esperaba que en la segunda fase del proceso de reapertura se permitiera abrir restaurantes y cafetines para grupos familiares, pero debido al incremento de casos el Gobierno suspendió en dos ocasiones el inicio de esta etapa y aún no fija fecha para su comienzo.

“Nos quedamos con los colochos hechos por segunda vez”, manifestó Leo Guzmán, presidente de la Asociación de Restaurantes de El Salvador (ARES) al asegurar que los empresarios del rubro invirtieron en la compra del equipo de bioseguridad para iniciar operaciones pero “desgraciadamente la situación se ha vuelto caótica”.

En junio pasado, la gremial estimó que el 80 % de los trabajadores de los restaurantes y negocios afines a gastronomía se encontraba paralizado, y esperaba aumentar el número de colaboradores con la segunda fase de reapertura. “Esta es una segunda pandemia que viene ya de hambre y desempleo” porque cada día cierran más locales porque los empresarios “no pueden pagar”, dijo.

El presidente de ARES aseguró que las expectativas para el feriado de agosto son “cero” porque “no tenemos ninguna respuesta de parte de nadie para ver cuándo vamos a empezar a trabajar, estamos en el limbo, desgraciadamente, una vez más”, manifestó.

Mitur empeora sus previsiones

La industria turística es uno de los rubros más golpeados por la pandemia del covid-19 por el cierre de restaurantes, rutas turísticas y los medios de transporte. En las proyecciones preliminares del Ministerio de Turismo (Mitur) se esperaba que el sector perdiera $960 millones, pero ayer Morena Valdez, titular de la cartera, indicó que el desplome podría alcanzar los $1,145 millones.

El Ministerio de Turismo prevé que 2020 cierre con $616 millones en divisas por la llegada de 812,000 visitantes internacionales frente a los 2.6 millones que ingresaron al cierre de 2019, proyecciones que dependen del avance de la reapertura económica.

Mientras tanto, indicó Valdez, para el período de vacaciones de agosto los centros y rutas turísticas, parques recreativos y espacios culturales se mantendrán cerrados. “Sabemos que la próxima semana tenemos las vacaciones de agosto y que los salvadoreños nos volcamos a visitar los sitios turísticos, pero todos están cerrados”, manifestó.

Mientras los puntos turísticos se mantiene cerrados, el Ministerio de Cultura avanza en las obras de remodelación del sitio Joya de Cerén y prevé entregar el proyecto en noviembre próximo. Suecy Callejas, titular de entidad, indicó que junto al Mitur y operadores turísticos trabajan para armar recorridos virtuales de los parques arqueológicos y museos.