Hoy se cumplen seis largos meses desde que la Organización Mundial de la Salud declaró oficialmente una pandemia de coronavirus. Habían pasado casi tres meses desde los primeros casos en China y muy poco se conocía de la enfermedad que ha llegado a paralizar el mundo entero y provocar una de las peores crisis económicas en casi un siglo.

Hoy la cifra de muertos en el mundo se acerca al millón de personas, con más de 28 millones de contagios en virtualmente todo el planeta.

El ritmo de la pandemia parece haberse estabilizado desde mediados de agosto, con alrededor de 260.000 casos y 5.500 muertos declarados diariamente a escala mundial. Pero las disparidades entre regiones y países perduran, hasta al punto que algunos temen la llegada de una segunda ola.

En El Salvador nos acercamos ya a los 30 mil casos y a los casi 800 fallecidos confirmados, también aquí hemos empezado a ver la estabilización del covid-19 con una reducción notable de casos el último mes. Pero la pandemia además nos ha provocado una profunda crisis económica y un clima político enrarecido. El debate político sobre una cuarentena estricta -con confinamiento incluido- provocó severas discrepancias entre el Ejecutivo y Legislativo y ha dejado muy mal sabor de boca sobre la incapacidad de la clase política de entendimientos mínimos en momentos como este, perjudicando a la población en general.