Napoleón Campos, salvadoreño especialista en política internacional y migratoria, considera que tras la publicación de la lista de Engel, la lista de corruptos y antidemocráticos publicada por el Departamento de Estado de Estados Unidos, las sanciones podrían no solo ser para funcionarios públicos señalados de cometer actos de corrupción, sino para instituciones del Estado. Sostiene que este listado no es un capricho de Estados Unidos.

 

¿Hay consecuencias internacionales para El Salvador con estas sanciones vinculadas a la lista Engel?

Sí, porque a pesar de que en esta primera etapa de la lista Engel, que ya explicaron sobradamente autoridades de Estados Unidos calificadas para opinar, es un esquema abierto no solamente a más individuos, sino que además puede subirse el nivel de las sanciones, es decir, pasar de las sanciones del retiro de visa a las sanciones financieras, que algunos de los señalados se les abran por el nivel, el grado o la calidad del delito. También, procesos en las cortes federales de los Estados Unidos.

A todo esto hay que añadir que se está afectando gravemente la imagen internacional de El Salvador, en el marco de otros dos países, Honduras y Guatemala, señalados con énfasis un poco distintos, con el énfasis de corrupción con Guatemala, con el énfasis de narcoactividad en Honduras, por el mismo presidente Juan Orlando Hernández, cuyo hermano fue sentenciado en una corte federal de Nueva York que recibió sentencia de cadena perpetua.

Entonces, el nombre de El Salvador está por los suelos y va a seguir estando por los suelos toda vez que, como producto de este régimen de sanciones, se puedan sumar otros países aliados de El Salvador, amigos de El Salvador desde la firma de los Acuerdos de Paz, pero también amigos y aliados de Estados Unidos. Por tanto, si no hay rectificación democrática, si no hay una restauración de la vida del país, esto apunta a un mayor agravamiento. Está la ansiedad del presidente Bukele por el bitcoin, por la criptomoneda, porque uno de los señalamientos constantes que hay en estos 55 individuos centroamericanos sancionados en este primer grupo de la lista, es que hay una línea muy clara de delito en materia de lavado de activos y el bitcoin es una vía claramente reconocida por el Banco Mundial, por el Fondo Monetario Internacional, por premios nobel de Economía, por autoridades internacionales. El país no puede estar peor, su imagen internacional está por los suelos en este momento.

 

 

¿Puede enumerar qué tipo de sanciones internacionales podrían afectar a El Salvador?

Lo primero es que la confianza es un componente vital en las relaciones internacionales, confianza que un país debe proyectar para inversiones extranjeras directas, necesarias para la economía real. Estar sancionado internacionalmente por corrupción, por violaciones a la democracia y al Estado de Derecho y con lo que mencionaba de este interés casi enfermizo del presidente por el bitcoin, él aparece internacionalmente como el principal interesado en el bitcoin, afecta la confianza en el país. Que se remueva de manera ilícita a un fiscal general, una Sala de lo Constitucional y cómo terminó siendo coronado con el decreto legislativo que algunos llaman la ley Alabí, porque va dirigido un manto de impunidad a toda investigación sobre compras gubernamentales durante la pandemia. No puede ser peor la imagen en estos momentos que El Salvador tiene. Esto se traduce por el incumplimiento de los principios democráticos en los que se asienta la comunidad internacional. Tiene cuesta arriba el país acceder a préstamos internacionales que tanto necesita la micro y pequeña empresa para poder superar la pandemia.

Es grave y se rumora afuera del país, que viene un segundo grupo de sancionados que está enfocado en lo que fuera del país se les llama “los golpistas”, estamos hablando de los 60 y pico de diputados que destituyeron al fiscal y magistrados, y que nombran a un fiscal y magistrados. Y siguen esta semana manipulando la designación de magistrados.
Yo creo que Estados Unidos todavía le está dando un margen de rectificación al presidente, pero creo que no va a esperar mucho si esta es la línea de conducta que va a seguir adoptando el presidente y sus funcionarios”.

¿Tendrá consecuencias la lista Engel en el funcionamiento interno del Gobierno y para el país?

Va a tenerlas en la medida de que las sanciones puedan caminar a que de individuos pasemos a instituciones sancionadas. Esto muy frecuente que suceda en un régimen de sanciones. Lo que preocupa no solamente es que se corten fondos de cooperación, sino que se suspenda ayuda. Esto ya ha sido mencionado por la comunidad internacional y por congresistas de Estados Unidos, sobre la instrumentalización de la Policía Nacional Civil y las Fuerzas Armadas de El Salvador. Pueda significar que este tipo de instituciones del Estado puedan ser sancionadas al más corto plazo por haberse prestado a esta ruptura constitucional y a este deterioro democrático. Y si el país se aísla internacionalmente por adoptar el bitcoin como moneda de curso legal y es visto como una lavandería internacional de dinero y activos, parece que el país va hacia la ruina. El Salvador debe ser un país abierto al mundo. Vamos en la ruta contraria y, si el presidente no rectifica, se profundizarán las sanciones internacionales.

 

¿Qué se juega El Salvador al ignorar o tomar en cuenta la lista Engel?, ¿qué riesgos o costos tendría para El Salvador no separar los funcionarios mencionados?

Es un país donde el presidente que juró defender la Constitución, se burla de la Constitución, por el derecho internacional, los tratados y los convenios... La lista Engel no es un capricho, los individuos señalados, la señora Carolina Recinos y los otros 13 señores que han aparecido en este primer grupo de sancionados no son niños castigados por la maestra. Como la experiencia lo demuestra a nivel internacional en el combate a la corrupción, este tipo de individuos sancionados por lo general son la cabeza o son parte de estructuras de mafias que llegan a las instituciones para saquear las finanzas públicas, traficar con influencias. Estamos en el peor de los puntos a 30 años de los Acuerdos de Paz y al bicentenario de la independencia.

Me parece que esta lista Engel se convierte en una gran oportunidad, en un instrumento internacional que nos puede ayudar para poner un paro y volver irreversible la lucha contra la corrupción. Está marcando un antes y un después en las relaciones con nuestro principal aliado fuera de Centroamérica.

 

¿Cuáles cree que serían los siguientes instrumentos legales a aplicar por Estados Unidos?, ¿cree que agravarán las sanciones?

Sí. Si esta es la respuesta del jefe de Estado, no me queda la menor duda de que pasaremos a una lista Engel a un esquema más amplio y más complejo de sanciones. Existe el otro gran instrumento, que también lo han desarrollado países aliados dispuestos a sumarse con la ley Magnistsky, una ley que está ganando consenso cada vez más a nivel internacional para sancionar a individuos como los que ahora tenemos en la lista Engel por lavado de dinero, narcoactividad, por estar en convivencia con el crimen organizado, por violar el Estado de Derecho y la democracia. Si Bukele, el presidente Alejandro Giammattei, de Guatemala, y Juan Orlando Hernández, de Honduras, no dan respuestas institucionales que desarrollen dentro del país el aporte que signifique la lista Engel, yo sí creo que vamos a ese agravamiento de sanciones.



La subsecretaria Victoria Nuland anunció un plan de trabajo con Bukele (nombrar con méritos a fiscal y jueces, una nueva Cicies y respeto a la prensa). ¿Cree que el Gobierno dio muestras de compromiso?

Yo creo que si el Gobierno le ofreció un compromiso, ya lo está incumpliendo con la manera como está reaccionando hasta ahora, desconociendo el gran aporte que le hace el país para la lucha anticorrupción la lista Engel. Creo que a partir de ahí ya está incumpliendo un compromiso que pudo haber contraído el presidente con los Estados Unidos. La subsecretaria de Estado dijo, todavía antes de la lista Engel, me parece que fue sincera, responsable y le dejó siempre la mano tendida al presidente Bukele y le dijo que Estados Unidos espera de El Salvador ese socio confiable, pero el presidente no parece estar dispuesto a aceptar esa mano. Parece empeñado en seguir agravando la ruptura democrática del país.

 

¿Cómo interpreta el silencio del presidente sobre este plan de trabajo?

Eso mismo. Me parece que si él contrajo ese compromiso, quizás únicamente fue, como se dice, del diente al labio; y en realidad el presidente no está siendo sincero. Porque, en primer lugar, él debería anteponer a todo lo que está decidiendo la Asamblea Legislativa, los tratados y convenios internacionales, en materia de Carta Democrática, en materia de combate a la corrupción y otra serie de convenios a los cuales el Estado de El Salvador está comprometido.

 

¿Cómo interpreta que EE.UU. no haya mencionado hasta ahora que ese plan de trabajo incluye la reversión de la situación del 1 de mayo?

Creo que Estados Unidos todavía le está dando un margen de rectificación al presidente, pero creo que no va a esperar mucho si esta es la línea de conducta que va a seguir adoptando el presidente y sus funcionarios.

Es inminente e inevitable que por un lado más países validen la lista Engel y, por el otro lado, se emita un segundo grupo de señalados y sancionados, que serían los golpistas del 1 de mayo. Porque, como aquí los actores oficiales están queriendo colocar las cosas, quizás esperan llegar a ese momento inevitable e inminente, que sean sancionados. El sentido natural del proceso indica que, casi con seguridad, entraría entre los sancionados el fiscal que nombraron y todo el conjunto, yo ya perdí la cuenta, de los magistrados que han nombrado del 1 de mayo a la fecha, porque es una instrumentalización de las instituciones y los Órganos de Estado.
La subsecretaria de Estado, antes de la lista Engel, le dejó siempre la mano tendida al presidente Bukele y le dijo que Estados Unidos espera de El Salvador ese socio confiable, pero el presidente no parece estar dispuesto”.

¿Cómo puede El Salvador revertir todas estas situaciones?

Rectificación democrática. No hay otra. Estoy precisamente recogiendo en redes sociales la declaración del embajador de la Unión Europea donde dice exactamente que parte del trabajo diplomático del organismo también incluye considerar sanciones para los que actúen antidemocráticamente o violenten los derechos humanos. El problema del país, adonde lo ha llevado el presidente Bukele, es con la comunidad internacional. Porque la colisión que inició el 9 de febrero y termina siendo profundamente agravada este 1 de mayo, es con los principios y valores con los que está cimentada la comunidad democrática internacional. En Centroamérica, está claro que El Salvador ya no es una democracia: no se sabe si es una dictadura, una tiranía o un régimen despótico, pero lo que tenemos claro, El Salvador ya no es una democracia. A ese déficit democrático es al que está reaccionando la comunidad internacional. Porque las relaciones exteriores no es un menú a la carta como el presidente quiere, como cuando dice ‘no se metan en los asuntos de El Salvador, pero quiero que me presten $1,500 millones para un fondo de estabilidad fiscal’. No, las relaciones internacionales constituyen un todo coherente, un todo articulado. Ahí, el presidente ha dado muestras de no tener un norte en el manejo de la política internacional del país.

 

El perfil


Napoleón Campos, experto en política internacional

Especialista en relaciones internacionales, integración regional y migraciones. Tiene 32 años de experiencia en temas de cooperación internacional y migración. Estudioso del cumplimiento de tratados internacionales y convenios internacionales suscritos por El Salvador. Excandidato a diputado de partido político Nuestro Tiempo.