La denuncia de la ministra de Educación de que encontró un sistema educativo “copado de intereses políticos”, es sumamente preocupante y nos explica en parte los resultados catastróficos que tenemos en pruebas como las de admisión a la Universidad de El Salvador o la PAES.

La ministra Karla Hananía de Varela habló ante una comisión legislativa de este tema. La funcionaria dijo que el tiempo de trabajo no alcanza para poder arreglar ese desorden y atomización que describió como “feudos”.

La ministra asegura que uno de sus objetivos es despolitizar el sistema educativo. Qué bueno, pero lamentablemente será una batalla cuesta arriba. No es solo que se ha politizado el sistema, los sindicatos de maestros usualmente se han visto comprometidos partidariamente y, además, lejos de apoyar mayores exigencias para el magisterio y la calidad educativa de los alumnos, se han resistido a ello.

Preocupa lo dicho por la ministra que hay atomización en el manejo de la cooperación internacional y anomalías en las direcciones departamentales.

Ciertamente, el gobierno anterior politizó gran parte del aparato del Estado. Era el colmo que por esta razón, por ejemplo, algunas veces las autoridades de salud se negaban a aceptar alertas sanitarias o brotes epidemiológicos para no “desprestigiar” políticamente al partido de Gobierno.

La gran solución cuando veíamos los resultados de la PAES era decir que la evaluación estaba mal hecha o que había que modificar el método. Al final hemos visto que con el paso de los años no hubo cambios dramáticos precisamente por ese afán de ocultamiento con fines políticos.

El colmo es la denuncia de que en el Gobierno del FMLN se crearon plazas para proteger la contratación de los directores nacionales; en otras palabras, que los mismos siguieran manejando el sistema, aunque cambiara el Gobierno.