Las mujeres y los jóvenes son los que menos empleo encuentran.


Solo una de cada 10 personas en edad de trabajar encontró un empleo formal en los últimos cuatro años, destaca una investigación de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).

Con datos del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) y la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples, la investigación de Fusades concluye que la oferta del mercado laboral formal ha sido insuficiente para cubrir la demanda y miles de personas terminan ocupándose en el sector informal donde no tienen protección social o ganan menos del salario mínimo.

Según el estudio, entre 2017 y 2021 la población económica activa (PEA) aumentó 242,414 personas. Este segmento integra a las personas que tienen una ocupación o que están buscando un empleo (los desempleados).

De ese total de la PEA que entró al mercado laboral, las inscripciones de nuevos trabajadores en el ISSS aumentaron 25,162 en los últimos cuatro años, quedando una brecha de 217,252 personas que no pudieron encontrar una ocupación.
Lo que el empleo formal creció es nada más que un 10.4 %. Es decir, una de cada 10 personas encontró un empleo formal viendo los datos desde 2017 a 2021”.
Pedro Argumedo
Economista de Fusades y uno de los autores de la investigación

 

Un problema de productividad.


El sector privado, que es el mayor empleador en El Salvador, fue el que menos aumentó puestos de trabajo en los últimos cuatro años, pues del total de los contratados desde 2017 solo el 3.6 % corresponde a este segmento, unos 8,611, y el resto lo cubrió el sector público.

“Aquí nos está revelando un problema principal que tiene la economía: la actividad económica, que es la que contrata la mayor cantidad de empleos en el país, crece muy bajo y aumenta el empleo formal muy bajo desde que se aumentó el salario mínimo en 2017”, explicó Argumedo.

¿Cuál es el problema? La productividad laboral en las empresas es muy baja con un crecimiento de apenas 0.8 entre 2001 y 2019, inferior si se compara contra Panamá que avanzó 3.5 o frente a las economías asiáticas como Vietnam con 4.7.



La productividad es una ventaja competitiva de un país que determina el nivel de prosperidad de una economía y, en el caso de una empresa, se vincula como la eficiencia de los trabajadores determinada por su capital y nivel de educación.

Fusades señala que la mayor productividad está vinculada a un nivel escolar superior y, por ende, a mejores salarios. En El Salvador, el 56 % de los ocupados (unos 1.7 millones de personas) tiene una escolaridad hasta noveno grado y gana menos que el salario mínimo, mientras que los universitarios o técnicos tienen ingresos en promedio de $620.

La investigación señala que aumentar el salario mínimo para mejorar la calidad de vida no es una “política eficaz” pues beneficia al 13.5 % de la PEA, una medida que es de estricto cumplimiento solo para el sector formal.

Así, explica el documento, al aumentar el salario mínimo las empresas despiden a personal que termina empleándose en negocios informales donde el 59 % de los trabajadores asegura que gana abajo de la cota mínima.

 

3 datos que debes de conocer


 

  1. Más demanda: en promedio, por año ingresaron 55,360 trabajadores a la fuerza laboral, principalmente jóvenes debido al bono demográfico que goza el país.

  2. Pocos empleos: en los últimos cuatro años, la oferta de empleo formal ha sido insuficiente para cubrir la oferta y solo cubrió al 10.4 %, uno de cada 10 que buscan empleos.

  3. Menos ingresos: en 2007, los empleados del sector informal que ganaban menos del salario mínimo eran 34.5 %, pero en 2017 aumentó a 51.1 %.