Las tasas de interés de los créditos se elevaron durante el primer semestre de 2020 debido al mayor riesgo soberano de El Salvador, destacó ayer la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa).

En el sistema financiero están las tasas de interés pasivas que corresponden al porcentaje que retribuyen las entidades a los depositantes por sus ahorros y también están las activas, un monto adicional que pagan los usuarios de crédito por el dinero prestado durante un plazo fijado.

En un informe sobre el desempeño del sistema bancario en el primer semestre de 2020, presentado ayer, Luz María de Portillo, directora ejecutiva de Abansa, indicó que las tasas de interés registraron un “leve crecimiento” y está relacionado con el aumento del riesgo país que sufrió la economía salvadoreña en los primeros seis meses del año.

“Este desempeño de las tasas está directamente asociado con el aumento del riesgo país que se ha observado en El Salvador”, destacó la directora de Abansa.



El riesgo soberano se mide con el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI), elaborado por la financiera estadounidense J.P. Morgan. Este calcula el diferencial entre el rendimiento de un bono emitido por un gobierno, banco o empresa domiciliada en un país emergente -como El Salvador-, frente al atribuido al bono estadounidense, considerado “libre de riesgo”.

Con el inicio de la crisis, el EMBI para El Salvador pasó de un nivel inferior de 5 % de febrero pasado a reportar punto máximo de hasta un 10.49 % en mayo. Significa que si el país salía a emitir al mercado internacional adquiría deuda a una tasa de interés por arriba del 10 %, tal cual ocurrió cuando colocó los $1,000 millones y obtuvo un cupón de 9.5 %.

En ese sentido, Portillo detalló que la tasa de interés para préstamos a un año plazo quedó en 7.23 % en el primer semestre, un nivel 0.78 % por arriba del 6.45 % registrado al cierre de 2019. Según datos de Abansa, el porcentaje en los primeros seis meses del año es el más alto observado desde 2015, cuando cerró en 6.28 %.

Los préstamos a más de un año plazo llegaron a 9.36 % en el primer semestre y significa un incremento de 0.69 puntos porcentuales frente a los resultados de 2019. En este caso, la tasa de interés había logrado bajar de un 9.96 % en 2017 a un 9.59 % en 2018 y llegó hasta 8.67 % al término del año pasado.

En tanto, la tasa pasiva para depósitos de 180 días plazo mostró un leve incremento de un 4.25 % en 2019 a 4.26 % en el primer semestre de 2020, mientras que para los ahorros de 360 días el cambio fue de 4.60 % al término del año pasado a un 4.45 % en junio de este 2020, una diferencia hacia la baja de 0.15 %.



Solidez y estabilidad

Pese a la crisis generada por la pandemia del covid-19, el sector bancario logró sostenerse operativo en “un entorno inédito” durante las medidas de mayor confinamiento de marzo a junio pasado y, en medio de “ola de datos negativos” de la economía salvadoreña, se mantiene sólido y solvente para apoyar a las empresas en la fase de recuperación, indicó Raúl Cardenal, presidente de Abansa.

Los datos presentados por la gremial indican que a junio pasado el crédito bancario aumentó 5.2 % al llegar a un saldo de $13,471.5 millones. Esto equivale a un crecimiento de $309 millones frente a los $13,162 millones al término de 2019.

El crédito a empresas representó el 47 % de la cartera total con una participación de $6,398 millones entre enero y junio. El préstamo a personas llegó a $4,522 millones (34 % del total) y para vivienda sumaron $2,237 millones (19 %), dinamismo del 3 % y 1.9 %, respectivamente.

Los depósitos, la principal fuente de financiamiento de los bancos, crecieron $1,655.1 millones al término del primer semestre de 2020, un aumento del 10.5 % anual. En general, las fuentes de fondeo de la banca alcanzaron $17,331 millones.