Incluso antes de que se reunieran pruebas, Rusia (sospechosa por los occidentales de preparar la invasión de su vecino) está en el punto de mira tras el bloqueo de sitios internet gubernamentales ucranianos.

"El ataque no puede ser imputado, porque no hay pruebas, pero se puede imaginar" quien está detrás, destacó el viernes Josep Borrell, el jefe de la diplomacia europea, convocando "una reunión de urgencia de los embajadores del comité político y de seguridad de la UE".

La OTAN anunció poco después la firma de un acuerdo con Ucrania para fortalecer su cooperación contra los ataques cibernéticos.

¿Quién está detrás del ataque?

Sin embargo, su atribución es de una gran complejidad. Es posible identificar un método, un idioma, una computadora y eventualmente su localización. ¿Pero cómo sabemos quién estaba sentado detrás y para quién lo llevó a cabo?

John Hultquist, analista de inteligencia de la empresa de seguridad cibernética Mandiant, cree que "este incidente podría ser causado por agentes gubernamentales o miembros independientes de la sociedad civil".

La operación es técnicamente bastante sencilla de realizar "aunque un incidente que afecte a varios objetivos al mismo tiempo pueda parecer a primera vista una operación compleja y avanzada", explica, invitando a "no sobreestimar" la capacidad necesaria para llevar a cabo el ataque.

En un informe publicado en junio pasado, el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres señaló que la mayoría de los Estados mantenían el control de sus capacidades ciberofensivas.

Pero, añadía, "algunos gobiernos -Rusia e Irán en particular- son más tolerantes con los 'hackers patrióticos' y grupos cibercriminales que operan desde su territorio, a veces incluso en coordinación con ellos".

El inexorable ascenso del ciberespacio

Las reacciones inmediatas de la UE y de la OTAN demuestran que, en todas las cancillerías y estados mayores del mundo, el ciberespacio se considera un elemento importante del nuevo orden mundial.

En su informe, el IISS también señaló que el ciberespacio se había convertido, "tal vez de manera inevitable, en un nuevo entorno clave y arriesgado de la política y la competencia entre Estados en el siglo XXI".

Según el instituto, los Estados "no son más que las premisas de su comprensión del fenómeno". Sobre todo porque "un ataque cibernético puede preceder a un ataque de alta intensidad, pero también puede combinarse con medios más convencionales durante las operaciones", señala Julien Nocetti, investigador en Geode, instituto de investigación digital de la universidad Paris 8.

De hecho, la digitalización del mundo ha sido más rápida que la instalación de defensas adaptadas.

"Es la nueva realidad, un mundo en el que la piratería -y todas las demás formas de ataques no cinéticos, desde la desinformación hasta la subversión- se combinan con un conflicto cinético o constituyen una alternativa", destaca Mark Galeotti, investigador especializado en Rusia.

"Lo que está en juego es que, como en Ucrania hoy, se ignorará a menudo -hasta que sea demasiado tarde- si estos métodos se utilizan o no en el marco de una operación militar".

Y es precisamente porque un ciberataque es difícil de atribuir que mantiene la confusión sobre las intenciones de su autor.