Desde hace más de un año y con el mayor secretismo, el servicio de mensajería instantánea de origen ruso Telegram se prepara para lanzar su propia moneda virtual, “Gram”, junto con un ambicioso sistema de pago dirigido al gran público.

El objetivo de Telegram es crear un producto de más fácil acceso que las criptomonedas actuales como Bitcoin, que son empleadas por usuarios ya iniciados.

En un documento filtrado el año pasado, la plataforma afirmaba que quería crear algo más que una moneda. Ahora, está previsto que su red TON (Telegram Open Network), que se apoya en la tecnología ‘blockchain’ (cadena de bloques) desarrolle todo un sistema de pagos seguros y rápidos como “alternativa a Visa y Mastercard para una nueva economía descentralizada”.

Para ello, Telegram ha conseguido la suma récord de $1,700 millones de inversores privados en una masiva recaudación de fondos en criptomonedas (ICO), efectuada en dos fases.

El éxito ha sido tal que el servicio anuló una tercera recaudación de fondos, esa vez pública, imponiendo a los inversores no seleccionados que esperen al lanzamiento oficial de “Gram” para poder procurarse la nueva criptodivisa.

Telegram no se ha pronunciado jamás sobre el tema: las informaciones van filtrándose a cuentagotas a través de los inversores, ubicados principalmente en Estados Unidos, Asia y Rusia.

“Están vinculados a un acuerdo de confidencialidad”, explicó a la AFP una fuente cercana a los medios financieros de Moscú, asegurando que conoce personalmente “al menos a un banquero de primer orden y a un empresario incluido en la lista Forbes Rusia” en la lista de inversores.