Si hay algo que los diputados y el presidente Salvador Sánchez Cerén pueden hacer es tomarse en serio la discusión de la nueva Ley de Reconciliación (o amnistía pues) y legar un marco legal serio y aceptable para todos, de tal manera que no tengamos que pasar los próximos 25 años discutiendo otra vez lo mismo.

¿Se están tomando en serio esta discusión los diputados? Pareciera que no. Realmente estaban acelerando las cosas la semana pasada y buscaban aprobarla sin mayor discusión para que la dejara sancionada el presidente Sánchez Cerén. El problema señores diputados es que no han entendido que esta sociedad ha cambiado y que ya no se traga los madrugones, exige más y no solo pactos ocultos bajo la mesa.

Yo creo que El Salvador necesita una ley que realmente reconcilie y no que profundice las divisiones del país, prolongando la impunidad y sin posibilidad alguna para las familias de las víctimas de conocer la verdad. Y creo que se puede construir un mecanismo de justicia restaurativa que sane heridas, no que las reabra y profundice, ni tampoco que las cierre sin curar, porque entonces vamos a engangrenar a la sociedad entera.

Los diputados salieron la semana pasada con la gran idea que escucharán a todos los sectores, pero ¿pretenden escuchar a toda la sociedad en un solo día? Para hoy han programado escuchar a todo el mundo. ¿De verdad los van a escuchar o solo los van a dejar hacer catarsis para que luego digan que sí escucharon a todos los sectores? ¿De verdad no captan que estos sectores se sentirán burlados si no toman en cuenta sus sugerencias?

Es mejor esperar, analizar con seriedad todas las posibilidades y legislar pensando en el futuro, no en un parche que puede caérseles fácilmente; una legislación aceptable para todos y que el presidente Bukele podría sancionar porque sería un consenso nacional, más aceptable para todos.