Voces de la sociedad civil han demandado en los últimos días transparencia en las compras estatales durante la emergencia, un pedido que expresa una preocupación general de los salvadoreños por el uso correcto de fondos en estos tiempos tan díficiles.

El propio presidente Nayib Bukele ha dicho que meterá en la cárcel a quien se atreva a robar durante la emergencia, un compromiso que la sociedad espera que cumpla si esto llegara a ocurrir.

Ayer veíamos la captura de un expresidente ecuatoriano precisamente por actos de corrupción relacionados a la pandemia. El expresidente Abdalá Bucaram fue señalado por peculado en contrato por insumos médicos a un hospital estatal.

La semana pasada, la presidenta boliviana, Jeanine Añez, anunciaba el encarcelamiento de su ministro de Salud, por un caso de corrupción en la compra de respiradores con sobrecosto para pacientes que sufren de coronavirus.

Por increíble que parezca, siempre hay gente que es capaz de aprovecharse de los fondos públicos en momentos de tragedia nacional como vemos en esos malos ejemplos en Sudamérica. Por eso el compromiso de transparencia y buen uso de fondos debe ser permanente y la supervisión y control de los mismos, lo más efectiva posible.