El hedor a heces humanas se intensifica al mediodía, cuando el sol se coloca en su cenit y las temperaturas superan los 30 grados. Uno a uno, sudorosos y deshidratados, van saliendo los transportistas de carga a la espera que pase un vendedor de alimentos y alcance para los más de 400 camioneros varados en La Hachadura, en un vano intento por ingresar a El Salvador.

Los afortunados pasan el tiempo en hamacas colgadas del chasis de los furgones. Otros prefieren cruzarse al lado extremo del sol pues, a falta de baño, el zacate aledaño a la carretera es testigo de la desesperación humana y el hedor se extiende de orilla a orilla en el tramo que va de Pedro de Alvarado a La Hachadura.

Preferimos “estar del lado del sol porque la orilla apesta”, aseguró Edgar Recinos.

Más de 400 transportistas sobreviven a la espera que se normalice el sistema aduanero, tras registrar fallas desde el miércoles pasado por la implementación de la Declaración Única Centroamericana (Duca).

La Duca comenzó a funcionar el 7 se mayo en todas las aduanas de Centroamérica por decisión del Consejo de Ministros de Integración Económica (Comieco). Sin embargo, desde un inicio se reportaron problemas en el sistema informático, diseñado y administrado por la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca).

Por La Hachadura se mueve el mayor volumen de mercancía que ingresa a El Salvador. Carlos Castaneda logró ingresar ayer al país tras dos días de espera del lado de Guatemala. “Me pican hasta los ojos”, comentó antes de cruzar la aduana y dirigirse hacia El Amatillo, pues su destino final es Costa Rica.

“Traía todos los papeles hechos”, aseguró, pero “caí 10 kilómetros atrás de la cola. Pasé dos días sin dormir, sin comer bien y sin poder bañarme”, relató.

Otro transportista, cuyo nombre prefirió reservar, aseguró no entender “cómo es que se suponía sería mejor, pero es más atrasado”. Molesto y cansado de pasar 28 horas frente al volante, dijo que en la aduana de Ciudad de Hidalgo ingresó la información de su mercancía, pero al llegar a El Salvador no aparecía actualizada en el sistema.

“Nosotros nunca habíamos hecho tanta cola”, aseguró Darwin Lima. Llegó el martes a las 10:00 de la noche e ingresó a El Salvador hasta ayer al mediodía. Lima no tenía errores en su formulario de despacho de mercancía. Su retraso fue por la caída del sistema y el lento avance en la fila de furgones que hasta la mañana de ayer superó los 15 kilómetros.

Los transportistas de carga más afortunados pasan el tiempo en hamacas colgadas en el chasis de sus furgones. / Fátima Muñoz


Todos los transportistas concordaron que el principal problema es la falta de capacitación de los agentes aduaneros.

Un guatemalteco, quien tiene 15 días varado en la aduana, aseguró que algunos empleados hasta suspenden el servicio en horas de partidos.

“Los que veníamos con formulario nos cortaron el formulario para trabajar con el nuevo sistema. Hasta ahorita no han resuelto nada de eso y por eso estamos acá”, aseguró. “A estos señores no les interesa. Un gestor nos dijo que su turno trabajaba y que no le interesaba si tramitaba un equipo o ninguno”, agregó su compañero. Ambos reservaron sus nombres.

También indicaron que los mayores inconvenientes ocurren con la Duca- T, el formulario para el tránsito internacional de mercancías.

 

Falta de seguridad y abusos

En este tipo de crisis no falta quien abuse, se quejaron dos transportistas de México que llegaron el miércoles.

Varios camioneros se adelantan de la fila y buscan a los primeros conductores para que les permitan ingresar a cambio de dinero. Cuando la policía se da cuenta, solo se les “da una mordida” y no pasa nada, lamentaron.

Ambos se encontraban varados en el kilómetro 10, después de la aduana Pedro de Alvarado. “Aquí se maneja mucho la plata”, indicó Recinos, cuyo destino final es San Juan Opico.