El presidente de Anda dijo que la planta está al borde del colapso. / DEM


La bitácora del 14 de enero, misma que fue leída en el pleno de la Asamblea Legislativa, indica que sedimentos y algas fueron detectados esa madrugada en la planta potabilizadora Las Pavas, en San Pablo Tacachico, La Libertad, y que la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Anda) aplicó los procedimientos de limpieza estipulados en su manual.

Ese día, el operador de turno dijo que observó “una retención considerable de algas en el reservorio de bocatoma, habiéndose percibido un olor atípico en la zona antes citada”, dicen las respuestas de Anda al Juzgado Ambiental de San Salvador.

Sin embargo, entre la noche del 15 de enero y la madrugada del 16, “entró una traza de algas que no se detectó”, dice el mismo documento de la autónoma al Juzgado Ambiental de San Salvador.

El 17 de febrero, durante su interpelación, el presidente de la Anda, Frederick Benítez, fue cuestionado acerca de si actuó a tiempo sobre la crisis.

Benítez respondió: “La planta Las Pavas está al borde del colapso, esa planta no puede detectar algún tipo de presencia de algas, no tentemos ningún tipo de sistemas aguas arriba que nos detecte algún tipo de fenómeno, no tenemos boyas ultrasónicas, no tenemos un sistema georeferenciado de tiempo real, de qué es lo que está pasando en el Lago de Güija, en el río El Desagüe…”.

La institución explica al juzgado que ese mismo día hicieron el muestreo para determinar el tipo de algas encontradas y agrega que “a diario”, hacen análisis sobre la potabilidad del agua que se procesa adentro de la planta. Y agrega que “la posible afectación a la salud humana será proporcionada por el ministerio correspondiente”.

Sin embargo el plan de contingencia de Anda se inició dos días después de saber qué tipo de algas estaban al interior de la planta.