David Malpass, de 62 años, es un funcionario del Departamento del Tesoro. / DEM


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, postuló ayer para conducir el Banco Mundial (BM) a David Malpass, un fuerte crítico de esa entidad que es una de las principales fuentes de financiamiento al desarrollo.

Malpass, un alto funcionario del Departamento del Tesoro, es una opción controversial, pero si Trump logra el apoyo de la mayoría de los accionistas del BM tendría la oportunidad de reformular a la entidad.

Trump describió a Malpass como “un hombre extraordinario”, que es la “persona correcta” para el cargo que quedó vacante desde el 1 de febrero tras la inesperada renuncia de Jim Yong Kim.

“Estados Unidos es el mayor contribuyente al Banco Mundial”, dijo Trump. “Mi administración ha hecho prioridad de que cada dólar de los contribuyentes de Estados Unidos sea gastado efectiva y sabiamente”, afirmó.

Trump y su equipo han atacado reiteradamente a las instituciones multilaterales y Malpass ha sido la punta de lanza en las cargas contra el BM y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

De 62 años, Malpass ha calificado de “corruptas” a las políticas de préstamos de ambas instituciones y se quejó del financiamiento que reciben China y otras naciones relativamente ricas.

Hablando en la Casa Blanca, Malpass dijo que buscará implementar reformas en el BM que fueron aprobadas el año pasado tras negociaciones para incrementar en $13,000 millones el capital de préstamos de le entidad. El objetivo es que países como China reciban menos préstamos y más caros.

“Soy muy optimista en poder alcanzar grandes avances para generar crecimiento que nos permita combatir la extrema pobreza y aumentar las oportunidades económicas en el mundo en desarrollo”, indicó Malpass.

Altos funcionarios estadounidenses comentaron a periodistas que Malpass y el gobierno de Trump apoyan a esos organismos multilaterales en tanto cumplan eficientemente sus misiones. Un funcionario describió a Malpass como “un guerrero feliz” y un “campeón de las políticas pro-crecimiento”, que busca “llevar crecimiento económico a países de bajos ingresos”. No obstante, confirmaron que Malpass, uno de los funcionarios que negocia la normalización del comercio EE.UU. y China, abogará por reducir los préstamos a Pekín por considerar que dispone de buenas fuentes de recursos.