el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, camina con el presidente interino de la República Bolivariana de Venezuela, después de su llegada a la Casa Blanca, el 5 de febrero de 2020 en Washington, DC./AFP.


El esperado encuentro entre presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder opositor venezolano, Juan Guaidó se produjo este miércoles en la Casa Blanca, pero más de un año después de que el jefe parlamentario se proclamara presidente interino, la estrategia de Washington genera interrogantes.

La reunión cargada de simbolismo se produjo a las 14H15 hora local (19H15 GMT) cuando el líder opositor fue recibido en la puerta de la Casa Blanca por Trump, escoltado por una guardia de honor que se cuadró.

Es un importante espaldarazo para el líder opositor, a quien Washington y más de medio centenar de gobiernos reconocen como mandatario interino de su país, y que además se aloja en la residencia destinada a los líder extranjeros situada frente a la Casa Blanca y donde ahora ondea la bandera venezolana.

"La visita es una oportunidad de reafirmar el compromiso de Estados Unidos con el pueblo de Venezuela y para discutir cómo trabajar con el presidente Guaidó para acelerar una transición democrática", dijo la Casa Blanca en un comunicado.

Guaidó asistió en la noche del martes como invitado al discurso anual sobre el estado de la Unión en el Capitolio, durante el cual Trump lo presentó como "el verdadero y legítimo presidente" de Venezuela y prometió "aplastar" la tiranía del gobierno de Nicolás Maduro.

Trump describió a Guaidó como "un hombre muy valiente que carga consigo las esperanzas, los sueños y las aspiraciones de todos los venezolanos".

Guaidó recibió una ovación de pie tanto de los republicanos como de los demócratas, en un momento de fuertes divisiones políticas en Washington.

Para Guaidó, la invitación es un espaldarazo que sella su gira internacional, que partió hace dos semanas con una reunión con el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, y que lo llevó a Davos, en Suiza, sede del Foro Económico Mundial, y a Francia, donde fue recibido por el presidente Emmanuel Macron.

Después visitó en Canadá al primer ministro Justin Trudeau y este fin de semana sostuvo un mitin con los venezolanos residentes en Miami.

"Vamos a seguir trabajando con nuestros socios en la región para confrontar a la dictadura ilegítima en Venezuela", dijo la Casa Blanca.

Esta serie de apoyos es importante cuando ha pasado más de un año desde que Guaidó se proclamó presidente interino invocando la Constitución, después de que Maduro asumiera un segundo mandato que es cuestionado por las irregularidades en las elecciones de 2018.

El sucesor de Hugo Chávez se mantiene en el poder, pese a las sanciones de Estados Unidos, entre ellas un embargo de facto al crudo de Venezuela que es crucial para su economía, en aguda contracción desde 2013.

En su pulso contra Guaidó, Maduro ha contado con el apoyo vital de China y Rusia, que son sus principales acreedores.

Un alto funcionario del gobierno estadounidense expresó este miércoles "preocupación" por el rol de la petrolera rusa Rosneft como socio comercial de Venezuela.

"Estamos muy preocupados por el comportamiento de Rosneft en Venezuela", dijo el alto cargo a los periodistas con condición de anonimato. El canciller ruso Serguei Lavrov visitará Caracas esta semana.