La Vía Francesco Cigna, en Turín, muy transitada en las tardes, ayer lucía desolada. / María Teresa Moreno


A medida las voces de coronavirus avanzan, también lo hace el miedo, la soledad en las calles y la escasez de comida; eso es lo que ha ocurrido en Turín desde el fin de semana pasado, según María Teresa Moreno, una salvadoreña radicada en la ciudad capital del Piamonte, al norte de Italia.

Las calles están más solas y los turistas dejaron de llegar desde el sábado; ayer, miércoles de ceniza, la basílica de María Auxiliadora, cerca de la vía Francesco Cigna suspendió las misas, para evitar aglomeraciones de personas.

En Turín no hay cuarentena, pero el miedo ha hecho que las personas eviten salir a las calles y el fin de semana, hayan arrasado con comida, según el relato de Moreno.

“Los trabajos no están cerrando, solo las escuelas y de evitar todas las manifestaciones que se hacen, por ejemplo: han suspendido los carnavales, porque mucha gente, y los lugares desolados. La gente entró aquí en un pánico, todos los supermercados vacíos, aunque el gobierno no ha dado alarma de cuarentena”, relató Moreno a este medio.

Las escuelas han comunicado que las clases están suspendidas, de momento, hasta el próximo 2 de marzo. Turín es una de las ciudades a tres o cuatro horas de Milán, una de las ciudades afectadas, con casos confirmados de coronavirus. Hasta ayer, Italia elevaba a 12 los muertos por coronavirus.

Italia había prohibido la entrada de vuelos directos de China, pero no con escalas. “Hay racismo contra los chinos y al final un italiano ha contaminado”, reflexiona Moreno en su conversación con este medio.