La Fiscalía reveló esta semana la captura de seis agentes de la Policía Nacional Civil acusados por allanamientos ilegales, apropiarse de dinero y armas y además participar en la desaparición de una persona. Es un caso claro de abuso de autoridad que merece ser perseguido ejemplarmente.

Los agentes fueron capturados en San Vicente, La Paz y San Miguel y la Fiscalía dice que detenían personas, robaban, colocaban droga y hurtaban. En otras palabras, eran delincuentes en uniforme. La Policía Nacional Civil debe ser una entidad que genere confianza en la población y cualquier agente que manche su uniforme con ese comportamiento, viola la confianza de la gente y debe salir de la institución.

Los mandos de la PNC deben tener claro que no pueden proteger a malos elementos sino que todo lo contrario, para cumplir su lema de servir y proteger, deben depurar a aquellos policías que violen la ley o abusen de su autoridad para afectar a la población.

Es impresionante que varias décadas después hay miembros de los antiguos cuerpos de Seguridad procesados por violaciones a los derechos humanos, desapariciones, asesinatos y otros abusos contra la población cometidos en los años 80 e inicios de los 90. Ese es un espejo en el que deben verse los agentes policiales y los militares de hoy para no repetir ese patrón de conducta.

Esperemos que la Fiscalía logre probar en los tribunales las acusaciones contra estos sujetos que deberían también enfrentar un proceso interno para ser excluidos de las filas policiales para la tranquilidad de la población que deben servir y proteger.