Casi un cuarto de millón de salvadoreños residentes en Estados Unidos han entrado a una nueva etapa de incertidumbre luego que la Corte Suprema de Justicia de ese país resolvió que los usuarios del Estatus de Protección Temporal (TPS) no serán elegibles para convertirse en residentes permanentes.

La demanda la había presentado una pareja salvadoreña, José Santos Sánchez y Sonia González, ambos beneficiarios del TPS que aplicaron a una residencia permanente a través de su empleador, pero les fue negada por un tribunal federal. Ahora la Corte Suprema ha decidido en su fallo que en caso de haber ingresado ilegalmente a los Estados Unidos, los tepesianos deberán salir del territorio estadounidense para ser “admitidos” por un oficial migratorio. Esa es una condición que tiene una inmensa mayoría de salvadoreños.

Sin embargo, la Corte no termina con el TPS, un beneficio que otorga el Ejecutivo norteamericano, para los cientos de miles de beneficiarios, quienes por ahora conservan sus permisos de trabajo y residencia temporal. Pero los mantiene en limbo sobre su futuro, a pesar de que muchos de ellos han echado raíces, tienen hijos nacidos en Estados Unidos, han comprado casas y pagan impuestos.

Esta decisión muestra la necesidad de que el gobierno salvadoreño continúe apoyando las gestiones legislativas para una eventual reforma migratoria en Estados Unidos que dé un estatus legal permanente a los salvadoreños en aquel país, algo vital para ellos y para sus parientes en El Salvador, beneficiarios directos de sus remesas.