El Índice de Confianza Empresarial llegó en julio a su nivel más alto en una década, un reflejo de las expectativas de la llegada del nuevo Gobierno, tras diez años del Ejecutivo gobernado por el FMLN.

El presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales, Eduardo Cáder, lo describe adecuadamente: “Éramos enemigos gratuitos de los gobiernos anteriores”. Las administraciones Funes y Sánchez Cerén se caracterizaron por un discurso de confrontación con los empresarios y una incertidumbre sobre el cambio de reglas.

Según Fusades, que analiza el índice, los resultados a julio revelaron que “los empresarios están percibiendo una mejora en el clima de negocios” con un repunte del índice de confianza a un valor de 130.8 puntos, el nivel más alto de los últimos dos gobiernos al frente del Ejecutivo.

El mejoramiento en la confianza empresarial responde al “giro de políticas públicas del nuevo Gobierno hacia un mayor diálogo con el sector privado, el combate a la delincuencia y las señales para enrumbar el país”, sumó Fusades.

Por supuesto, se trata de un giro positivo para el clima de negocios. El Ejecutivo tiene que tener claro que este es el camino correcto para atraer inversiones que generen desarrollo, crecimiento económico y prosperidad para todos.