El mensaje del ministro de Hacienda que el gobierno no está considerando desdolarizar y que el tema no se ha discutido con organismos multilaterales, ni con empresarios, es un mensaje de certidumbre que el país entero y los actores económicos en particular necesitaban escuchar tan contundentemente como se dijo.
Para mantener la economía dolarizada deben ingresar dólares a través de préstamos, inversión extranjera directa, las remesas o vínculos comerciales como exportaciones, pues El Salvador no puede producir el dinero que circula. Con la pandemia, estos ingresos sufrieron drásticas caídas mientras que la situación fiscal se deterioró, lo que empujó la idea en los países dolarizados de una eventual desdolarización.
Las maneras más sostenibles de mantener la dolarización son el aumento de nuestra productividad que permita que bienes y servicios los podamos exportar y generen ingresos, y además, captar inversiones extranjeras que creen empleos y también generen ingresos. Eso es fundamental para el país. Para ambas cosas se necesitan mensajes de certidumbre como estos, reglas claras, un clima de negocios y una seguridad jurídica que den confianza a los empresarios que los animará a seguir invirtiendo en el país. El camino es claro.