Las sobrevivientes dicen que el cáncer es signo de lucha. / Wilson Urbina


“No voy a ser víctima del cáncer”, fueron las palabras con las que Iris Trejo anunció a su familia que había sido diagnosticada con cáncer de mama, ahora es una sobreviviente y trabaja como enfermera en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).

“Yo sentía que ya lo sabía, cuando me entregaron los resultados solo los leí y dije: bueno, esto es para mí”, declaró. Recordó que en el 2012 se confirmó su diagnóstico de cáncer de mama, mientras atendía a pacientes del área de patología del Hospital General del ISSS.

Sus hijos siempre representaron su principal motivación para enfrentar esta enfermedad, el mayor tenía nueve años y su hija menor solamente cuatro, con el apoyo de su familia tomó las fuerzas necesarias para vivir y seguir luchando.

A Trejo le realizaron una mastectomía y recibió 24 quimioterapias, le colocaron un catéter en el corazón, su tratamiento duró un año.

Cuando sintió que su cabello comenzó a caerse decidió raparse. “En ese momento sentí que el cáncer estaba tomando el control”, recordó, pero asegura que con esa pequeña acción se sintió más fuerte y capaz de ganar esta difícil batalla.

“Cuando está en nuestras vidas, la actitud es la que cuenta, decir: ‘sí lo tengo pero hay oportunidad de vivir’, hay buenos tratamientos, pedir ayuda, pero sobre todo aceptar, decir: ahora soy yo y necesito ayuda”, dijo.

Ahora, Trejo es una motivación para todas las pacientes que son diagnosticadas y enfrentan este tratamiento; después de la reconstrucción de su seno y cinco años recibir el diagnóstico, Iris se encuentra libre de cáncer.

“Es un honor para mí decir soy una héroe”, dijo la enfermera.