La última ocasión que tuvo la Comisión Interamericana de visitar nuestro país, fue en 1978 por invitación del gobierno del General Romero, quien fuera depuesto un año más tarde, entre otras razones, por la sistemática violación a los derechos humanos de aquellos identificados como opositores políticos.
Los tiempos han cambiado, y para una democracia en construcción como la nuestra, esta visita no sólo constituye un éxito diplomático del actual Gobierno, sino que además, es la mejor respuesta a otros países que en la región y en el mismo continente, deslegitiman el papel de la Comisión Interamericana por señalar y denunciar sus abusos.
El Salvador saldrá fortalecido de esta visita que a la vez constituye un examen sobre el actual estado de cosas, y que permitirá mantener el rumbo del país, por la senda de la protección a la dignidad humana.