A inicios de mayo muchos tuvimos el placer de asistir al espectacular “Concierto de Música Tradicional de China”, realizado en el Teatro Nacional de San Salvador, evento abierto y gratuito organizado por la Embajada de la República Popular China en nuestro país, y en especial por la embajadora, Sra. Ou Jianhong.

La Orquesta Nacional de Teatro de Tianjin, con más de 60 años de excelencia artística que los ha llevado por países de Asia, Europa y África, tuvo a cargo las majestuosas interpretaciones. En esta gira por algunos países de Centroamérica y el Caribe lucieron el magistral dominio de maravillosos instrumentos musicales de viento y percusión, combinados con otros originales de sus tradiciones que son resultado de la prodigiosa evolución de una milenaria cultura, cuya sociedad ha sabido conservar y promover en el tiempo.

Ofrecieron una variada selección de famosas piezas musicales, destacándose el magnífico concierto de “Erhu Capriccioso en la Ruta de la Seda” y se ganaron la simpatía, el corazón y los aplausos de la nutrida concurrencia con la singular interpretación de “El Carbonero”, pieza con la que sellaron el mejor mensaje cultural de amistad entre nuestros pueblos y gobiernos.

Durante 85 años El Salvador mantuvo relaciones diplomáticas con Taiwán, vinculo surgido en aciagos periodos de gobiernos dictatoriales y producto de la fuerte influencia de intereses foráneos. Luego de los Acuerdos de Paz esta relación permaneció anclada en el tiempo. Nuestra sociedad agradece la generosa cooperación recibida durante ese periodo por parte del pueblo y autoridades de Taiwán; y será asunto de la justicia ordinaria determinar el uso ilegal que gobernantes anteriores dieron a una parte de la ayuda otorgada por autoridades taiwanesas. La ruptura de relaciones diplomáticas de El Salvador con Taiwán y el establecimiento de relaciones con China fue un acto de soberanía fundado en nuestro interés nacional, nunca puso en desmedro la dignidad del pueblo taiwanés. Corresponde exclusiva y soberanamente a China resolver los asuntos y diferencias con Taiwán en el contexto de su historia.

En la medida que avanza la evolución democrática del país se ha gestado una política exterior más abierta y plural, de mayores vínculos, menos ideologizada, fuertemente determinada por una mayor conciencia de los intereses de nación e influida por las tendencias de una comunidad internacional cada vez más globalizada y multipolar.

Probablemente una de las fallas humanas con incidencia estratégica en la gestión del gobierno saliente, fue dejar hasta el final del mandato la decisión de apertura de las relaciones diplomáticas con China. Cuando el mejor momento político pudo estar acompasado con las oportunas decisiones tomadas en cada tiempo por Costa Rica, Panamá y República Dominicana. Esta responsabilidad es un pendiente de estudio.

No obstante, la tardanza constituye una de las mejores pruebas de descargo contra quienes pretenden atribuir la decisión a un “manejo oscuro” o de ventaja política electoral a favor del partido FMLN; definitivamente el corto espacio entre la apertura diplomática y la elección presidencial fue demasiado breve como para que pudiera incidir en un resultado. Además, no hay evidencia sobre ese supuesto.

En la escena Internacional, China avanza para ser un líder mundial indiscutible. Cuenta con una iniciativa global de progreso conocida como “La Franja y la Ruta”, o “La Nueva Ruta de la Seda” lanzada en el 2013 por el presidente Xi Jinping, iniciativa que ya reúne a 150 países con 263 objetivos precisos, una inversión superior a $64,000 millones y con decisión de extenderse a otros países. Ese programa, como lo expresan autoridades chinas, pretende modernizar las conexiones terrestres marítimas y energéticas para ampliar oportunidades y alcanzar un crecimiento económico inclusivo, área en el que China cuenta con una experiencia comprobada. China es un inimaginable mercado de más de 1,390,080,000 millones de habitantes. Casi todos los países de América tienen fuertes relaciones con China, incluido Estados Unidos. La decisión de consolidar y ampliar estas relaciones diplomáticas es el camino adoptado por los tres países del sistema de integración centroamericana que más estabilidad política y crecimiento económico experimentan: Costa Rica, Panamá y República Dominicana. Por lo tanto, si para nuestro país la economía es el reto para el progreso, esta es la oportunidad. No la perdamos.