El tema central de la 74a. Asamblea General de Naciones Unidas fue “impulsar los esfuerzos multilaterales para la erradicación de la pobreza, la calidad de la educación, la acción contra el cambio climático y la inclusión”. De los 193 Estados miembros, participaron más de 90 Jefes de Estado.

Esta Asamblea estuvo precedida por diversos encuentros de gran trascendencia como la Cumbre sobre Acción Climática, rodeada de expectativa por los graves incendios en la Amazonia; otro evento sobre Cobertura Sanitaria Universal; la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sustentables; y un encuentro sobre Financiación para el Desarrollo, entendido como el respaldo del sistema financiero internacional al desarrollo sostenible.

Los laureles de este encuentro, indudablemente los arrebató la jovencita sueca Greta Thunberg, destacada representante de la generación “Z”, considerada una extraordinaria “Guerrera Ecologista” de reconocido liderazgo mundial, quien con apenas 16 años estremeció a la concurrencia y Jefes de Estado con su potente discurso sobre los graves efectos del cambio climático y la responsabilidad de los líderes del mundo por sus omisiones y traiciones para cumplir sus compromisos.

Esta genuina lideresa defensora del medio ambiente, con 2.3 millones de seguidores en sus redes sociales, es representante combativa de la nueva generación de posmileniales que asumen desde ya la legítima defensa del mundo que deberán conducir. Es referente de la campaña mundial que moviliza estudiantes y ecologistas en más de cien países, promoviendo paros escolares por el cambio climático, con su campaña “Friday For Future”. Ella estremeció al mundo con “El paro mundial por el clima” este 27 de septiembre, con su firme cuestionamiento: “How Dare You” (¿Cómo se atreven?).

Dejó un claro mensaje cargado de contenido “...han robado mis sueños y mi niñez con sus palabras huecas...” cuestionando directamente a los líderes de las grandes potencias. A su corta edad ya se ha reunido con el papa Francisco expresando sus propuestas; debatió frente al Foro Económico Mundial de Davos; fue portada de la revista Time con claras posturas sobre la gravedad del impacto ambiental; y esta vez, ante la Cumbre del Cambio Climático de Naciones Unidas hizo escuchar su voz. Su mensaje es firme, claro y demoledor, el mismo presidente Trump le dedicó un mensaje de Twitter cargado de ironía, que por supuesto ella respondió con elegancia y firmeza.

En contraste, la participación del presidente Bukele en su primera Cumbre sigue generado muchas críticas a su particular estilo mediático cargado de simbolismo en redes sociales, y un discurso carente de contenidos, distante de las urgencias que agobian a la gente, vago y superficial ofreciendo consejos sobre el uso de multimedia a naciones que crearon, producen y están a la vanguardia de alta tecnología como Japón, Corea, Alemania, Francia, EEUU; una conducta vanidosa, arrogante, narcisista; evasiva en la defensa de los intereses de nuestros migrantes, del país y la región en su conjunto. No hay justificación, una posmilenial fue mucho más profunda y analítica que un hombre de 38 años que ostenta el poder político de un país.

El contexto nacional de esta cumbre fue la imposición de un misterioso “Acuerdo de Cooperación en Asilo” de interés de EEUU, para establecer un sistema de “Tercer País Seguro” –y del que no se ha vuelto a escuchar-; sumado a la creación de una patrulla fronteriza en El Salvador. Este pacto parece que fue la condición para realizar el fugaz encuentro con el presidente Trump –como también ocurrió con Honduras-, en el que no fue posible abordar temas relevantes como: atracción de inversiones, seguridad pública, crisis migratoria y solución definitiva al TPS. La otra parte del tiempo fue diluida en elogios del presidente Bukele: “El presidente Donald Trump es muy agradable y cool. Yo también soy agradable y cool, ambos usamos Twitter bastante. Nos llevaremos bien”.

Todavía están frescas la dolorosa imagen del padre y su pequeña hija ahogados en el rio Bravo; el drama de niños y niñas enjaulados separados de sus padres; las despectivas palabras del presidente Trump refiriéndose a nuestro país y las redadas de “La Migra” persiguiendo compatriotas; no obstante, la semana pasada en Washington en reunión con los tepesianos no les llevó más que un saco de promesas, como el famoso puente de Torola.

Finalmente, como saldo tenemos: un largo y oneroso viaje, una enorme delegación presidencial con altos costos de alojamiento, una fugaz reunión y el banal resultado de una “selfie”.