La cúpula del FMLN demostró el fin de semana que no han aprendido ninguna lección de las últimas dos grandes derrotas electorales que han sufrido. Y lo que es peor, tampoco parece que quieran aprender ninguna lección. Una vez más demostraron que quieren aferrarse ciegamente al poder sin tener el más mínimo empacho en respetar resultados democráticos internos.

Óscar Ortiz se ha proclamado ganador de las elecciones internas y la cúpula no parece querer reconocerlo. El retraso en divulgar resultados en una elección tan fácil de manejar, demuestra una opacidad cuestionable y podría provocar una implosión interna en el partido que gobernó el país los últimos diez años. Pero hay que decirlo, no es ninguna sorpresa.

Ortiz ya conoce esta historia. Hace unos 15 años pasó por lo mismo y fue derrotado en una elección muy cuestionada. La ortodoxia de la cúpula impuso a su ungido y parece querer hacerlo nuevamente esta vez. No hay redención y tampoco quieren buscarla.

Si el FMLN no respeta los resultados de una elección interna solo estará acelerando su etapa de extinción, como la de la de los dinosaurios pero esta vez el meteorito lo habrán fabricado ellos mismos con su tozudez por aferrarse al poder y querer imponer su voluntad a las bases.