El desabastecimiento de medicamentos e insumos en los hospitales nacionales fue una constante en los últimos meses del gobierno de Salvador Sánchez Cerén, cuyos funcionarios siempre respondían con excusas y no con soluciones a los cuestionamientos de los medios. Poco o nada hicieron para mejorar esa situación y el impacto de esa desidia e ineficiencia aún se siente.

El desabastecimiento de medicamentos e insumos aún se sufre en el hospital Rosales, en el San Juan de Dios de San Miguel, en el San Rafael y en el Zacamil. En el Rosales preocupa que al menos 18 medicamentos indicados para el tratamiento de leucemias, linfomas y tumores sólidos se han agotado.

Son compras que debieron hacerse hace meses pero parece que la política del gobierno saliente fue no hacer nada y heredar todos los problemas a las nuevas autoridades.

Esto es algo que debe cambiar dramáticamente. El abastecimiento de medicamentos e insumos es algo que debe priorizarse y eficientizarse. El nuevo gobierno ha anunciado el donativo de medicamentos que deben llegar pronto a los pacientes, pero también debe mejorar los mecanismos de compra de manera expedita y transparente para beneficio de todos los salvadoreños.