La elección del 28F, ha dejado una gran cantidad de enseñanzas que no se deben olvidar para no repetir en eventos futuros los mismos errores. Primero que un 37% de la población con derecho a voto, le dijo a los diputados y alcaldes que han estado enquistados en el poder, que ya no es posible renovar la membresía por tres años mas, debido al mal uso de los recursos públicos, la soberbia que los ha coronado, y por la ausencia de una renovación vinculada al servicio de los más necesitados, es decir que solo se dedicaron a favorecer sus intereses ideológicos y el estilo de vida de sus allegados más próximos.

De manera que es el momento que todos los líderes políticos tradicionales, pongan su barba en remojo, dado que han vivido todo el tiempo del erario público, sin pasar penurias como los miles de salvadoreños que salen a diario a rifarse la vida para sacar adelanta a la familia. En segundo lugar, ese 37% de la población que votó a favor de NI-GANA, es intolerante con la corrupción de los mismos de siempre (ARENA-FMLN), pero es tolerante con la corrupción actual que ha envuelto al presidente Bukele, en la que se hizo el desentendido con algunos de sus funcionarios han hecho su agosto con las compras sobrevaloradas.

De modo que ese 37% ha perdonado por decreto popular el robo de los que ahora detentan el poder, y ga condenado el robo que efectuaron particularmente los del FMLN, dado que ha quedado reducido a un partido sin incidencia en la Asamblea Legislativa, de tal suerte que hay dos lecturas que son de rigor efectuarlas, fuera del calor electoral, primero que los únicos culpables de la derrota avasalladora son las cúpulas de estos partidos tradicionales y en segundo lugar, que la misma cuchara con la que se sirvieron para favorecer sus intereses partidarios cuando estuvieron en el poder, es la misma con una dosis mayor.

El presidente Bukele tiró la casa por la ventana al utilizar la chequera del gobierno central de forma descarada para favorecer al partido Nuevas Ideas: los $300 que no se sabe dónde terminaron alrededor de 100 millones de dólares, canastas básicas, alcohol gel, mascarillas, granos básicos y otros artículos fueron comprados con dinero público, pero fueron distribuidos por NI, en vehículos oficiales y por funcionarios, y como si esto fuera poco el presidente Bukele, violó las reglas democráticas, antes y durante el proceso electoral, al pedir abiertamente el voto por el partido NI, es decir que se prevaleció de su cargo para favorecer a su partido.

En consecuencia el 28F, perdió la democracia y ganaron las bolsas de alimentos que repartió el presidente Bukele como quiso, ganaron los macarrones y el atún con mal olor, ganaron los millones de dólares en publicidad, donde tapizaron todo el país con anuncias y vallas de NI, ganó la apatía del 49% que no quiso salir a votar para defender la República y los principios democráticos, ganó el fraude de los funcionarios públicos que se prevalecieron de su cargo para pedir de forma abierta el voto a favor de NI, ganó la complacencia de ciertos funcionarios que no supieron detener todo las violaciones a la ley de parte del Ejecutivo.

Ganó también, el temor de varios diputados que no solicitaron el antejuicio del presidente por haber roto el orden constitucional el 9F-2020 al militarizar la Asamblea Legislativa, ganó el silencio de varios empresarios, pequeños, medianos y grandes que no supieron alzar la voz ante los atropellos a sus derechos al haber cerrado la economía en el contexto de la pandemia, sin haber hecho un equilibrio entre prevención y productividad. Por lo tanto el cargo de conciencia no será suficiente cuando se comiencen a vivir los efectos de haber permitido a un solo hombre concentrar tanto poder.

Que el Señor Jesucristo bendiga a nuestra patria, y ojalá me equivoque en mi apreciación.