El alto impacto de la violencia en El Salvador sigue siendo el mayor obstáculo para el desarrollo del país según los empresarios, académicos y ciudadanos, revela el informe preliminar del Estado de la Región 2020, elaborado por el costarricense Programa Estado de la Nación (PEN).

La institución presentó ayer, a través de un seminario en línea de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA), los resultados de una consulta regional hecha a más de 300 habitantes de El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Belice.

Alberto Mora, especialista en políticas de desarrollo y coordinador de la investigación, explicó que esta consulta será la base para la elaboración del Informe Estado de la Región 2020, un documento elaborado cada cuatro años que pone luz sobre los retos y avances de estos países en materia social, económica y ambiental.

En Centroamérica, explicó, “los países comparten situaciones de altos niveles de exclusión social y pobreza, sub­empleo y violencia delictiva” como principales preocupaciones entre la sociedad civil, empresarios, organizaciones, academia, y el Estado, que son los sectores consultados por el programa.

Según el informe, el mayor reto identificado por los centroamericanos en general es la educación; mientras que la violencia e inseguridad ocupan el segundo lugar. Le siguen el crecimiento económico, la integración regional, el desarrollo, la migración, la corrupción, y por último, el medio ambiente.

 

La mayor preocupación

En El Salvador, no obstante, la inseguridad es el obstáculo más mencionado por ciudadanos y empresarios; mientras los esfuerzos por políticas de integración regional, que incluyen la reducción de trámites para mejorar el clima de negocios, se ubicaron en segundo puesto.

De acuerdo con datos de la Red de Seguridad y Defensa de América Latina (Resdal) retomados por el Programa en 2016, El Salvador es el segundo país de la región que menos destinó a su sistema de defensa y seguridad, con un 0.5 % del Producto Interno Bruto (PIB), solo por detrás de Guatemala, que invierte un 0.4 %.

Ese mismo año, el Banco Central de Reserva (BCR) salvadoreño estimó que la violencia le costó al país hasta $4,026.3 millones durante 2014.

De esto, $1,303.5 millones correspondieron a extorsiones y robos sufridos por las empresas y ciudadanos.