La diáspora, los Hermanos Lejanos, son pilares fundamentales de la macroeconomía y la economía familiar de El Salvador. Son personas que han tomado la difícil decisión de emigrar, abandonando su tierra para darle una mejor vida a sus seres queridos.

He visto sus rostros, sus manos, sus ojos en varias ciudades de Estados Unidos, he escuchado sus relatos del arduo trabajo y de los sacrificios que pasan para mantenerse en aquel país y mantener a sus familias en El Salvador, a veces hasta quitándose el pan de la boca, aguantando frío, aguantando calor, lluvia o maltratos y discriminación.

Hasta ahora, salvo por un par de monumentos, El Salvador no ha retribuido las enormes contribuciones que han dado al país. De ahí que la propuesta de garantizarles el derecho al voto desde el exterior es una decisión correcta. La ley ya les da derecho para elegir presidente y vicepresidente, pero la propuesta gubernamental incluiría ahora el derecho al voto por diputados, alcaldes y concejos municipales, así como para los representantes en el Parlamento Centroamericano.

Son 18 los países en América Latina que permiten el voto en el exterior en diferente medida. Varios de ellos también permiten el voto para elecciones municipales y legislativas, algo que incluso se garantiza en casi todas las naciones europeas.

La inmensa mayoría ejerce el voto con la modalidad del correo ordinario, como se ha hecho aquí con el voto para las elecciones presidenciales. La propuesta gubernamental incluye el voto electrónico, algo que ha generado dudas debido a los costos que este puede generar, pero más allá de esa polémica, el derecho a ejercer el voto en todos sus niveles, debe ser garantizado.