El contagio masivo por el covid 19 y sus secuelas mortales e invalidantes, es una terrible realidad en nuestro país, como en el resto del mundo. Aunque los datos oficiales que proporcionan las actuales autoridades de salud no son muy confiables, a juzgar por las opiniones de reconocidos especialistas médicos en esta clase de pandemias, es innegable que la mayoría de nuestra población desconoce, en toda su verdadera dimensión, los efectos de esta dolencia, que en Estados Unidos, naciones europeas y algunas del cono sur de nuestra América, son tan gravísimos y de enormes proporciones, que constituyen suficiente motivo para que los responsables de velar por la salud pública de los salvadoreños, fueran mucho más amplios y veraces en dar sus informes, medidas previsoras recientemente adoptadas y, sobre todo, qué planes de vacunación se han previsto, cuando es inminente el arribo de las primeras dosis a nuestro territorio, según informes recientes de la Oficina Panamericana de la Salud (OPS) y que han sido divulgados por la directora de dicha entidad, la doctora Carissa Étienne.

Recordamos aún las declaraciones que diera el señor Nayib Bukele, mandatario del país, a mediados del año pasado, cuando la pandemia apenas se ubicaba en una lejana provincia china, Wuhan, en el sentido de que si dicha dolencia llegaba a nuestra nación, su gobierno ya estaba preparado con haber solicitado, anticipadamente, miles de dosis de vacunas (que recién comenzaban a elaborarse en el extranjero), para ser el primer país centroamericano en recibirlas y aplicarlas. Pero el virus hizo su aparición, menos las vacunas prometidas.

Centenares de compatriotas resultaron y aún resultan contagiados, incluso, cuando se adoptaron medidas inconsultas de confinamiento en algunos sitios, sin ninguna regla higiénica o de prevención comprobada; se impusieron “cercos militares” a varias comunidades del país y otras medidas que reconocidos infectólogos y salubristas criticaron acremente, porque tales acciones lo que provocaban eran mayores riesgos de adquirir el virus con más rapidez. Y no cabe duda que la advertencia de los especialistas, realmente dieron esas nefastas consecuencias, aunque no se hayan divulgado hasta el momento.

El núcleo del llamado de la directora de OPS es claro, realista y de elaborada experiencia en salubridad, sabiendo que El Salvador es uno de los diez países, que, por su pobreza, será beneficiado con una dotación respetable de vacunas gratuitas, gracias a la Iniciativa COVAX, que abarca incluso a varias naciones africanas, con similares deficiencias económicas como nosotros. Pero, agrega la funcionaria, que los países beneficiarios, eso nos incluye, “deben estar listos y eso es más importante que ser veloces.

Este es el momento en que los Estados miembros deben actuar en estar listos, prepararse para distribuir y para vacunar”. Fijémonos bien: debemos prepararnos para dos acciones cuasi simultáneas; para distribuir las dosis y para aplicarlas. Ambas requieren de una planificación certera, adecuada a las situaciones propias de cada nación y, sobre todo, contar con la logística suficiente y apropiada, para que tanto la distribución como la vacunación, den sus frutos esperados por la OPS. En una palabra, la doctora Étienne pide más acción y menos bullicio oficialista en esta cruzada de salvación humanitaria que, con toda seguridad, comenzará a más tardar en el mes de marzo venidero.

Agregó la funcionaria que “hasta el momento, sólo dieciocho países latinoamericanos han enviado sus planes de vacunación”, pero como se abstuvo de mencionarlos, la duda para nosotros sigue activa, pues ignoramos, en todos sus detalles, si nuestro ramo de Salud ha elaborado y remitido ese plan que requiere la entidad regional, el cual, según los informes, abarca diversos aspectos que, aunados, van hacia la finalidad bienhechora de obtener una vacunación masiva, pronta, oportuna y eficaz, que seguramente seguirá dándose a lo largo del presente año, según las proyecciones hasta ahora publicadas. Eso también abarca monitoreo permanente de los sistemas de cadena de frío, almacenamiento, conducción, así como reclutamiento y capacitación de personal médico y enfermeril, etcétera. Cedemos la palabra a quienes corresponde respondernos con honestidad y veracidad.