La mejor forma de proteger los bienes de una persona es garantizar que estos se encuentren a su nombre, a través de un testamento, escrituras de compraventa y una aceptación de herencia cuando sea debido.

Los testamentos tienen el objetivo de garantizar el cumplimiento del último deseo del testador al momento de fallecer, garantizando sus bienes a las personas nombradas por el testador, y mientras viva, el propietario seguirá siendo el dueño exclusivo de sus bienes, y podrá cambiar el testamento cuantas veces considere convenientes e incluir en él a quién sea de su deseo.

Nelly Ruballo, abogada notario del Despacho Jurídico Ruballo, señala que elaborar un testamento es lo más indicado en el caso de que se tengan hijos de crianza, por ejemplo, ya que los derechos que un hijo biológico tiene legalmente, no son iguales que los que posee otro familiar o persona al momento de heredar propiedades.

Sin embargo, si en algún dado caso no existiera un testamento, el artículo 988 del Código Civil estipula que los bienes deberán pasar a manos en primer lugar de los hijos biológicos del testador, sus padres y cónyuge; de no ser así los abuelos, y demás ascendientes, y los nietos deberán aceptar dicha herencia.

Pero si no se encontrara con vida ningún familiar, o nadie reclamase la herencia, la Universidad de El Salvador y los hospitales nacionales serán los dueños legales de estas propiedades.

Para elaborar un testamento, las personas deben poseer las escrituras de sus propiedades a su nombre, con lo cual una persona evita en vida desalojos provocados por no poseer una comprobación de que la propiedad le pertenece al propietario actual.

Ruballo relata cómo a su despacho llegan con mucha frecuencia “personas que compran propiedades en lotificaciones que no tienen una autorización para vender lotes”, y jamás reciben el traspaso de la propiedad por parte de la lotificadora, porque estos desaparecen o se van del país.

Las consecuencias de no poseer las propiedades a nombre del dueño, trae problemas al momento de querer hipotecar su propiedad o venderla a alguien más, ya que no se tiene una prueba legal de que el inmueble le pertenezca.

Ruballo señaló que el testamento es para personas que prevén y quieren asegurar sus bienes; sin embargo, “es poco frecuente ver a jóvenes hacer testamentos, porque no lo consideran necesario” aseguró.